martes, diciembre 31, 2019

El segundo asesino

Entre 1887 y 1889 una serie de terribles asesinatos aterrorizaron Londres, los llamados asesinatos de los torsos del Támesis; se encontraron varios cuerpos de mujeres mutilados de los cuales solo se pudo identificar uno, y jamás se atrapó al asesino. El motivo por el que estos asesinatos no son especialmente conocidos es porque en la misma época empezó a actuar Jack el Destripador, que eclipsó los otros crímenes.

Sarah Pinborough se basa en hechos y personajes reales para construir una historia que ofrece una explicación sobrenatural al origen de tan abyectos crímenes: ¿y si una criatura demoníaca hubiera tomado a un joven inglés como huésped y le obligara a cometer esos horribles asesinatos? ¿Y si esa criatura esparciera la maldad allí por donde pasa, y eso es lo que llevó a Jack el Destripador a llevar a cabo sus famosos crímenes?

Me encantan las obras de ficción (y no tan ficción) que tienen lugar en la Inglaterra Victoriana, por lo que esta novela tenía todos los ingredientes para encantarme. Un misterio por resolver, las tétricas y neblinosas calles de Londres como telón de fondo, un o más de un asesino suelto... Pero aunque la premisa es genial no creo que Pinborough le sepa sacar todo el jugo. Misterio en sí hay poco, y la acción es tan sumamente lenta que la lectura se hace durante muchos tramos (los narrados por el forense protagonista) aburrida. El estilo de la autora no me entró desde el principio, se me hizo muy repetitivo, todo el rato ahondaba en lo del mal que se ha expandido por Londres y toda la sangre que se ha derramado, los verbos "inundar" y "atenazar" los utiliza un millón de veces, así como el adjetivo "mugriento". Hay un pasaje en el que un personaje habla de que fue a ver a su madre y le comunicaron que estaba en una pensión para pobres, y unas páginas después vuelve a contar exactamente lo mismo.

Supongo que esperaba que una novela que trata sobre unos asesinatos tan horribles fuera un poco más retorcida y truculenta, pero entre las continuas descripciones de los viajes tras tomar opio, las vueltas y vueltas que da el forense a lo mismo una y otra vez y lo insulsa que es la narración que no le supe coger el punto. Aunque no soy fan de las explicaciones sobrenaturales para este tipo de casos, lo cierto es que las mejores partes son las que están explicadas desde el punto de vista del asesino, especialmente cuando conocemos cómo llegó a estar ligado a la terrible criatura que le obliga a matar.

La resolución está bien sin más, aunque es un poco anticlimática.

Y por cierto, la edición está llena de erratas, para acabar de rematar.

Lectura recomendada para los fans de las historias que giran entorno a Jack el Destripador o están ambientadas en esa época. La autora no arroja ninguna teoría acerca de la identidad de Jack pero sí que juega con el origen del mal y sus variantes y es, como mínimo, una premisa curiosa.

Nota: 2/5

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