domingo, noviembre 24, 2019

El silencio de bosque

Estoy en una época en la que me apetece leer novelas policíacas y si son series mejor que mejor. Tana French es un nombre que veo mencionado a menudo en listas de recomendaciones (especialmente en listas de novelas de detectives con tono creepy) y además su serie de la Brigada de Homicidios de Dublín está de moda ahora porque ha comenzado a emitirse una adaptación a serie de televisión.

El silencio del bosque es el primer libro en una serie en la que cada entrega está protagonizada por una pareja de detectives diferente. Aquí el misterio está narrado en primera persona por Rob Ryan, un joven detective que junto a su compañera y mejor amiga Cassie Maddox investiga el asesinato de una niña de doce años en la pequeña localidad de Knocknaree. Es un caso muy personal para Rob, porque podría tener conexión con un misterio de su propia infancia: a esa misma edad, él y sus dos mejores amigos se internaron en el bosque de esa misma zona y desaparecieron. Al único que encontraron fue a Rob, horas después, herido y con las zapatillas empapadas en sangre que no era suya. Jamás se supo que había pasado con los otros dos niños, pero tal vez ahora con este nuevo caso se pueda esclarecer lo que sucedió.

Para ser la primera novela de la autora es de lo más interesante. French tiene una prosa elaborada y descriptiva que enriquece mucho la narrativa, yendo más allá de un puro procedimental policíaco. La autora reflexiona acerca de temas como los intrincados pasajes de la memoria, el poder de la nostalgia o las diferentes formas en las que el mal llega a arraigar en su entorno.

El misterio del asesinato de la niña es lo suficientemente intrigante, pero no tanto como el misterio original... y ese es uno de los aspectos más polémicos de este libro, el hecho de que la resolución del segundo no sea nada satisfactoria. El primero tiene un cierre bastante correcto, no es sorprendente porque no es difícil juntar las pistas pero tampoco demasiado obvio.

Lo peor que tiene El silencio del bosque, por eso, es su protagonista. Al principio empatizas con Rob, quieres que tenga un cierre a su tragedia, y su relación con Cassie es fantástica. Pero a medida que avanza la historia Rob se vuelve cada vez más y más imbécil, no deja de tomar decisiones absurdas y el desarrollo de su amistad con Cassie no me gustó nada de nada. Algo que vi muy presente en esta novela, además, es un punto de misoginia. La forma que tiene Rob de juzgar a las mujeres no creo que sea algo intencionado para mostrar que el personaje es así, sino que es la forma de pensar de la propia Tana French. Algún que otro momento me dio ganas de tirar el libro a la pared por esos comentarios tan rancios que ya no vienen a cuento, y más en una novela en la que se supone que estás explorando lo difícil que es para una mujer hacerse valer en una brigada como la de homicidios y en Dublín, que todavía está chapada a la antigua.

Pero quitando eso el estilo de French me gustó mucho, así que tengo fe en que sus siguientes libros mejoren esos puntos que aquí no me convencieron.

Nota: 3/5

domingo, noviembre 17, 2019

En las montañas de la locura y otros relatos

Siendo como soy aficionada el género de terror, tenía una asignatura pendiente importantísima: leer a Lovecraft. Así que este año por fin me animé y comencé con uno de sus relatos más laureados, En las montañas de la locura, en la que una expedición en la Antártida acaba terriblemente mal cuando un grupo de científicos se topa con los restos de una civilización alienígena milenaria sepultados bajo la nieve.

Aunque el propio Lovecraft se inspira claramente en Edgar Allan Poe, es muy fácil ver desde el principio lo mucho que han influido sus historias en el desarrollo del terror moderno. Mezclando de una forma muy interesante el terror con la ciencia ficción, el mérito del escritor es indiscutible; es capaz de crear una mitología propia e integrarla en sus historias de una forma asombrosa, tanto que te crees de verdad que menciones a, por ejemplo, el Necronomicón, que ha aparecido en tantas obras diferentes, no salen de su propia inventiva sino que forman parte de un siniestro lore ya existente. El mundo que crea el escritor, al que es obvio que ha dedicado un gran esfuerzo por lo complejo que resulta, es digno de admiración sin ninguna duda.

Ahora, fuera de eso, Lovecraft tiene un estilo no especialmente accesible. La novela está narrada en primera persona por un geólogo que sobrevivió la expedición y que vio cosas tan terribles que las está haciendo públicas para evitar que otros científicos cometan el mismo error que cometieron ellos. El problema es que la prosa está estructurada como si de una investigación científica se tratara, resultando extremadamente densa; un buen relato de terror ha de tener una atmósfera inquietante y es díficil conseguirla cuando los pocos momentos de puro miedo quedan eclipsados por páginas y más páginas acerca de las costumbres sociales y detalles biológicos de la raza extraterrestre así como de interminables descripciones de montañas.

Así que me costó muchísimo meterme en la historia precisamente por eso, porque es increíblemente tediosa y dedica mucho más tiempo a lo que tiene menos interés que a la parte buena, a la que casi no presta atención. 

Esta edición incluye otros dos relatos: La casa maldita y Los sueños de la casa de la bruja. La primera trata acerca de una presencia extraña en una casa que provoca enfermedades y muerte en todos sus habitantes, hasta que un joven decide investigar la causa. Es el relato más interesante de este libro, porque aunque asimismo descriptivo (el autor nos describe al detalle lo que pasó a cada uno de los habitantes y todos los detalles de la casa y lo que hay alrededor) el misterio no sufre tanto al ser la amenaza lo suficientemente ambigua como para causar inquietud y curiosidad en el lector. La última historia comienza bien pero acaba resultando también muy repetitiva con los sueños del protagonista, pero muy en línea con todo el lore del autor.

Aunque la lectura no haya sido una experiencia muy grata, no me arrepiento de haberme leído esta novela corta porque creo que cualquier fan del género debería leer algo suyo al menos una vez para saber de donde surgió buena parte del terror moderno. El estilo de Lovecraft está claro que no es para mí pero no descarto leer algo más suyo en un futuro, a ver si encuentro algún relato que me guste más que estos.

Nota: 2/5

Suspicious Minds

Suspicious Minds (título de una canción de Elvis) es la primera novela oficial que expande el lore de una de las series más populares del momento, Stranger Things. Se trata de una precuela que tiene lugar a finales de 1969 y 1970 y está protagonizada por Terry Ives, la mamá de Eleven, cuando se presenta voluntaria para el proyecto MKULTRA supervisado por el calculador y cruel Doctor Martin Brenner.

Voy a empezar diciendo que el feel de este libro es radicalmente diferente al de la serie. Aunque aquí también encontramos a un grupo de jóvenes amigos que tratan de desentrañar un misterio, el cambio de época, que los protagonistas sean adultos, y sí, que la mayoría de ellos sean mujeres hacen que el tono sea radicalmente distinto. No apela tanto a la nostalgia (aunque las continuas referencias a El Señor de los Anillos me encantaron), el ritmo es pausado y se centra más en los personajes en sí que en ofrecernos un trasfondo complejo acerca de los experimentos del laboratorio de Hawkins y el doctor Brenner. Lo que vengo a decir es que no es una novela especialmente emocionante, casi toda la acción pasa con Terry sentada mientras le administran LSD o los cuatro amigos reunidos hablando de cómo desenmascarar a Brenner.

¿Es imprescindible para los fanáticos de Stranger Things? No, lo cierto es que no. A ratos de hecho se te olvida que está relacionada con la serie más allá de ver aparecer a Brenner, Kali, Terry y alguna mención al futuro, pero tampoco está de más conocer a Terry, saber cómo era antes de toparse con Brenner y aprender un poquito más sobre el proyecto MKULTRA. 

Su autora, Gwenda Bond, habitualmente escribe YA por lo que en este caso, aunque los protagonistas sean universitarios, la prosa es simple y en general directa. Lo que hace muy bien Bond es desarrollar a unos personajes a los que es muy fácil coger cariño, todos ellos diferentes y con sus propias motivaciones, así que antes de darme cuenta ya había conectado con Terry, Andrew, Alice, Gloria y Ken tanto que no quería otra cosa que protegerlos. La amistad entre ellos es muy orgánica y genuinamente te crees que se preocupen los unos por los otros.

Suspicious Minds contesta algunas preguntas que quedan en el aire viendo la serie, pero son preguntas que tampoco necesitaban una respuesta que no se pueda sacar infiriendo a través de lo que nos muestran. Mirando las reseñas en GR veo que ha decepcionado a muchos fans de la serie porque no es lo que esperaban y aunque estoy de acuerdo en que podría haber sido mucho apasionante y rica en cuanto al trasfondo, y más teniendo en cuenta que es la primera novela, es una lectura lo suficientemente entretenida que hace muy fácil que te metas en ella y quieras seguir leyendo para ver si Terry consigue su propósito, pese a saber qué es de ella gracias a la serie. Aunque se queda corta en el propósito de expandir el lore de la serie, deja con ganas de saber más de ese grupo tan adorable de personajes que quieren cambiar el mundo a mejor pese a tenerlo todo en contra.

Si alguna vez termina la serie y Netflix quiere seguir exprimiendo la gallina, no me importaría para nada que hicieran adaptación a miniserie de esta novela, al contrario; me encantaría poder ver a Terry y su amistad con los demás en pantalla para estar con ellos otro poco más.

Nota: 4/5

jueves, noviembre 07, 2019

El buen hijo

El buen hijo es un thriller escrito por You-Jeong Jeong, una de las autoras surcoreanas más conocidas en Occidente y a la que se la ha comparado con Stephen King, aunque yo personalmente no le veo el parecido, al menos en esta obra en concreto.

Yu Jin, un chico de veinticinco años, se despierta una mañana oliendo a sangre y cree que se avecina un ataque epiléptico, ya que dejó la medicación unos días atrás. Pero cuando llega al final de las escaleras que conducen al piso de abajo descubre el cadáver de su madre, que ha sido brutalmente asesinada. Yu Jin, que no recuerda absolutamente nada de las horas anteriores, empieza a buscar piezas que le aclaren qué ocurrió, pero cuanto más indaga, más claro le queda que el único que estuvo en la casa la noche anterior fue él mismo...

No estamos realmente ante una novela de misterio porque es obvio desde el principio lo que ha pasado (como muy bien dicen la mayoría de reseñas, la pregunta que se tiene que hacer el lector no es "quién" sino "por qué"), más bien se trata de un thriller psicológico en el que a través de la narración en primera persona de Yu Jin nos adentramos en la mente de alguien digamos diferente que poco a poco va juntando las piezas del puzzle que conforma la sucesión de incidentes que le han hecho ser la persona que es hoy y que le ha llevado a la situación en la que se encuentra.

La autora indaga acerca de las raíces del mal y explora la dualidad del se nace vs se hace mediante flashbacks, retazos de recuerdos que van llegando a la memoria de Yu Jin y de otros fragmentos de información que el protagonista va encontrando mientras avanza la narración.

Meterse en la mente de una persona así, que piensa y siente las cosas de una manera que a la mayoría se le antojan imposibles, siempre es un recurso muy interesante y que otros autores han desarrollado con mucho éxito. El hándicap que tienen este tipo de historias es que, si se centran en ese único punto de vista, pueden llegar a hacerse un poco tediosas, y eso es lo que pasa con El buen hijo. Llega un momento en el que las divagaciones y justificaciones de Yu Jin se hacen repetitivas, y de hecho las mejores partes son las que ofrecen la mirada de otra persona y su reacción ante la clase de persona que sospecha que es Yu Jin.

Además, el recurso de la amnesia no es de mis favoritos en los libros de misterio, porque siempre es como muy conveniente que el protagonista no recuerde nada y vaya recuperando la memoria y descubriendo las cosas al mismo tiempo que el lector. Aquí el recurso es bastante manipulador y a mi gusto se vuelve en contra de la narración en vez de favorecerla.

Pese a ello El buen hijo es una novela intrigante que te anima a ir confirmando todas las sospechas que le surgen al lector sobre lo que ha pasado y a leer hasta ese final que te dejará pensando en cómo es posible que exista esa clase de mal en este mundo en el que nos ha tocado vivir. Recomendada para los fans del thriller psicológico que quieran algo más centrado en la naturaleza humana y en las relaciones familiares complicadas que en el misterio de base.

Nota: 3/5