miércoles, agosto 22, 2018

Monsters of Men (Chaos Walking #3)

Y llegamos al final del viaje de Todd y Viola con esta emocionante conclusión a la trilogía que ha encumbrado a Patrick Ness y que pronto podremos disfrutar en pantalla grande con Tom Holland y Daisy Ridley en los papeles protagonistas (y Mads Mikkelsen como el villano, se lo va a pasar en grande si la primera va bien y ruedan las secuelas).

Si en la primera entrega teníamos solo el punto de vista de Todd y en la segunda añadíamos el de Viola, en esta tercera parte le sumamos el punto de vista de otro personaje vital de la trama para completar todos los bandos de esta guerra sin cuartel que se está librando por el control del nuevo mundo. Y es que como es natural tendremos a ponernos de parte de los humanos, pero ¿qué hay de los habitantes del planeta que vieron cómo los suyos eran esclavizados, asesinados, condenados al ostracismo, cuando su único crimen había sido el de defender lo que era suyo? ¿Acaso no merecen ellos también salir victoriosos?

No hay una respuesta clara a esta pregunta, y los propios protagonistas serán conscientes de que ha llegado el momento de hacer las cosas de forma distinta, de luchar por lo correcto, aunque no sea fácil puesto que los intereses personales siempre acaban por ser un factor.

Monsters of Men continúa reflejando muy bien la crueldad, la impotencia y los sentimientos encontrados que conlleva una guerra en esencia absurda, que saca lo peor de cada uno y que obliga a tomar decisiones difíciles que se llevan una parte de cada uno que ya no es posible recuperar, dejando patente que los motivos de cada bando son igualmente legítimos y haciendo que sea complicado decantarnos por uno u otro.

Ness nos ofrece un final de trilogía muy intenso, de nuevo lleno de giros que nos dejarán con la boca abierta gracias a lo fascinantes e imprevisibles que son sus personajes, especialmente el Alcalde Prentiss que es uno de los mejores antagonistas que he leído en mucho tiempo, sobre todo porque nunca sabes por dónde va a salir. Sin olvidarnos, por supuesto, de Misstress Coyle, que continúa siendo una rival fantástica y que todavía tiene mucho que decir.

Me ha faltado que fuera un pelín más emotivo (todas las partes que más estrujan la patata tienen que ver con animales, curiosamente) y cierto aspecto del final no me ha terminado de convencer, pero en conjunto Chaos Walking es una trilogía que se merece todos los halagos que ha recibido y un soplo de aire fresco en el repetitivo género de las distopías YA.

Nota: 4/5

jueves, agosto 02, 2018

Mil veces hasta siempre

Con Mil Veces Hasta Siempre, la novela más reciente de John Green, me pasa un poco como con su obra más conocida, Bajo la Misma Estrella: que no sé muy bien cómo calificarla porque me alejo tanto de su público objetivo que mi valoración no sé si tiene mucha validez.

La adolescente Aza, junto a su mejor amiga Daisy, investiga la desaparición de un multimillonario por el que se ofrece una recompensa de cien mil dólares para aquel que pueda dar una pista de su paradero. Ello le llevará a reencontrarse con Davis, un amigo de su infancia que está atravesando una época muy difícil.

La trama de la investigación es una excusa para explorar la relación de Aza con el mundo que le rodea. Y es que la protagonista de esta historia no es una chica corriente, puesto que sufre de un severo trastorno obsesivo compulsivo que le hace tener un miedo irracional a las bacterias y a las infecciones y que le dificulta enormemente llevar una vida normal. Su trastorno afecta, como cabe esperar, a su relación con su madre, siempre preocupada por ella, a su amistad con Daisy, y a su atracción por Davis.

Mil Veces Hasta Siempre es una novela de apenas trescientas páginas que se lee en un suspiro gracias a la narración de Green, que es extremadamente fluida. Escrito en primera persona, desde el principio nos metemos en la mente de Aza, con la que es fácil empatizar pese a que su situación nos pueda parecer ajena a los que no sufrimos este tipo de trastorno. Me gustó ver cómo evoluciona Aza y especialmente su amistad con Daisy, también me gustó mucho cómo el autor integra en la trama el que Daisy escriba fanfiction de Star Wars, y el romance, si es que se le puede llamar así, está muy bien llevado. Me gustó que en ningún momento se diera el tan cacareado "el amor lo cura todo" y todo el desarrollo de la enfermedad es bastante realista dentro de lo que cabe.

A Green le encanta escribir a sus personajes adolescentes manteniendo conversaciones profundas y trascendentales que rayan en la pedantería, aquí también se dan pero no es tan insoportable como en Bajo la Misma Estrella. Y en el fondo es bastante didáctico, lo cual es positivo en un libro juvenil.

Así que en general puedo decir que me ha gustado, aunque me ha pasado lo mismo que con el otro libro de Green, que una vez terminado pues me he quedado un poco igual, supongo que porque ya estoy lejos de la edad en la que este tipo de libros me podrían impresionar. Está bien sin más.

Nota: 3/5