martes, junio 29, 2021

Voces del silencio

El célebre Michael McDowell no pudo llegar a completar su último trabajo, Voces del silencio, debido a que falleció antes de hacerlo. Su amiga Tabitha King leyó el manuscrito y sus notas y a partir de ahí escribió y terminó la historia. No he leído nada de McDowell de modo que no sé decir cuánto hay de él en el resultado final, y también es mi primera novela de Tabitha King así que tampoco puedo decir cuánto hay de ella, pero en general me ha parecido un libro muy interesante y marcadamente femenino, por lo que me inclino a pensar que hay más de ella que de él.

Estamos ante una novela de terror con toques sobrenaturales, aunque el terror hace acto de aparición en momentos puntuales y es más bien la historia de una niña, Calley, que se muda a una casa en la playa de Pensacola Beach junto a su madre después del asesinato de su padre. La mayor parte de la acción tiene lugar cuando Calley tiene siete años, y además de cómo va creciendo junto a una madre tan peculiar como la suya y el resto de habitantes de la casa, también somos testigos de cómo de vez en cuando la niña es capaz de tener contacto con el más allá.

La novela tiene un par de momentos especialmente truculentos que valen para otorgarle la calificación de terror. La descripción del asesinato del padre es asquerosilla, asquerosilla. 

La prosa es fantástica, trasladándonos a ese gótico sureño que tanto le gustaba a McDowell, y los personajes (prácticamente todos femeninos) están francamente bien. Me gustó mucho que todos tienen sus características propias, ya sea la propia Calley, su madre, su abuela, la señora Verlow o la señora Mank, y el hecho de que ninguna de ellas sea realmente una buena persona. La madre en particular, tan dramática y sufrida, es muy buena.

El ritmo es un poco lento en ocasiones, y vale la pena insistir en que es más ver cómo se las apaña una niña que ha sufrido una tragedia semejante en su nueva vida, descubriendo cosas del mundo que no conocía y convirtiéndose en una mujer independiente del legado de su familia, siendo el hecho de que oye las voces de los muertos algo casi anecdótico, que no una trama acerca del misterio de la muerte de su padre.

Viendo las reseñas de los lectores, es posible que mi opinión fuera muy distinta si estuviera familiarizada con el trabajo de McDowell. Al no ser el caso, he podido disfrutar de la historia sin más y me lo he pasado muy bien viendo crecer a Calley en ese entorno tan particular.

Nota: 3/5

lunes, junio 28, 2021

Chicas salvajes

El debut de Rory Power es una novela que se convirtió en todo un fenómeno gracias al boca a boca y no nos engañemos, a esa portada tan increíble. Se la ha comparado con El señor de las moscas solo que con chicas en vez de con chicos, aunque yo le veo más un aire a Anhilation en version adolescente.

La verdad es que yo lo he encontrado bastante regulero, y no me ha parecido que tuviera ningún aspecto que destaque especialmente. La premisa sí es interesante y da para mucho juego: un grupo de chicas, estudiantes en una residencia en una isla casi en medio de ninguna parte, son infectadas por un extraño virus que hace mutar a aquellas que sobreviven. Tras un año y medio de cuarentena, esperando en vano que llegue la cura, la protagonista empieza a plantearse muchas cosas después de que algo le suceda a su mejor amiga.

Primer problema: por supuesto está escrito en primera persona del presente, y la protagonista es sosa no lo siguiente, además de ser muy pasiva en general, así que no me resultó especialmente interesante estar en su cabeza. Ningún personaje tiene personalidad, la única tal vez Reese y básicamente su personalidad es estar enfadada todo el rato. Tampoco hay mucha acción y el terror es mínimo, por ejemplo la autora saca muy poco partido de las mutaciones de las chicas. Que entiendo que por la situación en la que están la apatía es inevitable pero uf, desde fuera se hace muy pesado.

Todo es muy simplón. La prosa de Powers, los diálogos (ningún personaje suena natural), la explicación del virus, las situaciones terroríficas (te venden el bosque como algo espeluznante pero tampoco pasa nada del otro mundo). El romance no tiene desarrollo ninguno. 

Ni siquiera en plena pandemia esta novela me hizo sentir inquietud. Y encima tiene uno de esos finales que suscitan decir "pues vale" cuando giras la última página y te das cuenta de que todo se puede resumir en un gran meh. Al menos se lee más o menos rápido.

Nota: 2/5


domingo, junio 13, 2021

Nosotros en la luna

Siempre que me meto en Bookstagram a pasar los ratos muertos viendo reels sobre libros esta novela de Alice Kellen aparece en muchos de ellos. Yo no soy demasiado de romántica contemporánea hetero a no ser que tire a comedia, pero de vez en cuando me da por leerme el libro de moda a ver si me estoy perdiendo algo interesante.

Alice Kellen es una autora valenciana que como muchas otras escritoras de literatura contemporánea juvenil en España sitúa sus historias en otros países con personajes en este caso ingleses y estadounidenses. Esto siempre me ha resultado muy llamativo, porque me da la sensación de que hay esa creencia de que si la historia fuera en España y los personajes fueran españoles como que sería inferior, cuando yo creo que es todo lo contrario, pero bueno, en este caso lo medio compro porque uno de los puntos importantes es que Ginger y Rhys viven lejos el uno del otro.

Todo comienza cuando Ginger rompe con su novio de toda la vida y en un arrebato se compra un billete de avión a París. Allí conoce a Rhys, un DJ con el que pasa una noche de confidencias. Decididos a no perder el contacto, se intercambian los correos electrónicos y a partir de entonces se van escribiendo y contando qué es de su vida.

El libro intercala los mails que se escriben el uno al otro con narración de cada uno. El formato me recordó mucho a Donde termina el arcoiris de Cecelia Ahern, con eso de la correspondencia, ese amor imposible y la historia que tiene lugar en el transcurso de varios años. Con menos gracia, eso sí.

La idea de base está bien, la chica que se siente segura con su rutina y su camino establecido conociendo al chico que vive pensando en el presente y que no quiere atarse a nada ni a nadie. Como es de esperar ambos tienen influencia en el otro y lo lógico es que tarde o temprano se encuentren en el medio, el problema es que Rhys es un personaje tan cliché, siendo el típico chico de novela romántica que se cree incomprendido y torturado porque está vacío por dentro y que por eso no puede querer a nadie y trata a todo el mundo como el culo, que termina siendo insoportable. Ginger está un poco mejor pero es algo sosilla, y la narración no ayuda mucho en ese sentido, porque los correos electrónicos llega un punto que aportan muy poco y se hacen pesados, y luego los capítulos desde el punto de vista de cada uno son demasiado cortos y no profundizan lo que deberían en los pensamientos de los dos protagonistas.

Personalmente la novela está mejor cuando no se centra en el romance. Por ejemplo, me gustó mucho cómo Ginger se decide por fin a luchar por sus sueños y no dejarse llevar por lo que sus padres esperaban de ella. La parte de Rhys con su familia no está mal, aunque coincido con muchas reseñas en que el tramo final es un poco precipitado y que se podría haber hecho un poco más de hincapié en las adicciones del muchacho.

También coincido con las reseñas que señalan en que tener sexo sin protección con un tío que te ha estado contando que se mete en la cama con la primera que pilla hasta arriba de cocaína como que no es lo más sensato, pero en fin.

La prosa de Kellen es amena aunque no hay mucha diferencia entre las voces de los personajes salvo que Rhys suelta tacos. 

En resumen, una novela que se deja leer medianamente bien pero demasiado cliché y con un protagonista masculino que ya debería estar pasado de moda.

Nota: 2/5