miércoles, septiembre 16, 2020

Otra vuelta de llave

Esta es la cuarta novela de Ruth Ware que leo, en la que se repiten los patrones que han hecho famosa a la autora: chica joven que viaja hasta una localización remota donde pasa algo terrible y en apariencia inexplicable. Ninguno de sus libros me ha encantado, y además en general son bastante predecibles, pero son lo suficientemente entretenidos como para pasar un rato envuelta en un misterio de los que se dejan leer sin tener que estrujarse el cerebro.

A este le tenía ganas porque había leído un avance y la premisa parecía intrigante: Rowan es una niñera que está en prisión preventiva acusada de haber asesinado a una de las niñas que estaban a su cargo. Desesperada, le escribe una carta a un famoso abogado para implorarle que crea en su inocencia y la defienda, en la que le explica todo lo que pasó, desde cómo encontró la oferta de trabajo que parecía demasiado buena para ser verdad hasta la noche fatídica que le llevó a estar donde está.

Lo de la carta al abogado está bien en teoría, pero claro, el caso es que le escribe una carta de trescientas páginas en la que le describe cada detalle intrascendente según ella porque necesita saber toda la verdad y se deja las grandes revelaciones hacia el final para no arruinar la sorpresa, con lo cual el formato pierde un poco el sentido.

Otra vuelta de llave es un homenaje a la historia de Henry James, fantasmas incluidos a su manera. A Rowan, la protagonista, la dejan sola con cuatro niñas en una casa inteligente en medio de la nada en las montañas de Escocia, una casa en la que por la noche se escuchan inquietantes ruidos y en la que pasan cosas muy extrañas y siniestras. Si algo tiene de bueno Ware es que crea muy buenos escenario en los que se desarrolla la acción pero aquí no lo termina de conseguir porque la trama es muy aburrida. Se supone que todo gira en torno al misterio de la muerte de una de las niñas, pero casi todo el grueso de la novela es Rowan siendo puteada por las crías y demostrando lo pésima que es en su trabajo. ¿Cómo se dedica a ser niñera si en nada ya se aturulla y pierde la paciencia con las niñas? Además todo es muy repetitivo: Rowan escucha ruidos por la noche, se asusta, se imagina de todo; a la mañana siguiente, a la luz del día, se da cuenta de que está siendo irracional y paranoica y que no es para tanto; a la noche, otra vez lo mismo... Es un personaje muy insoportable y verla pelearse con los electrodomésticos de la casa inteligente no es interesante, es tedioso.

La trama del jardín venenoso está bien y el misterio empieza a ponerse interesante hacia el final, pero los giros son bastante cuestionables y el final es tan abrupto que te deja con cara de tonta. La verdad es que hay muy poca cosa que me haya gustado de esta novela, la peor de Ware hasta el momento para mí.

Nota: 2/5

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