miércoles, enero 24, 2018

Los años de peregrinación del chico sin color

Cuando era un adolescente Tsukuru Tazaki formaba parte de una pandilla de cinco (tres chicos, incluyéndole a él, y dos chicas) muy bien avenida. Sin embargo, cuando Tsukuru se marchó a estudiar ingeniería a Tokio y el resto de sus amigos se quedó en su Nagoya natal, algo pasó. En su segundo año de carrera Tsukuru volvió a Nagoya en vacaciones y se encontró que ninguno de los otros cuatro quería saber nada más de él, sin darle ninguna explicación del porqué. Tsukuru, aturdido y dolido, estuvo en un estado suicida durante meses, hasta que al final siguió adelante. Ahora, dieciséis años después, cuando Tsukuru ha conocido a una mujer que le interesa mucho, esta le insta a descubrir la verdad y tratar de cerrar esa herida.

Los años de peregrinación del chico sin color (el título hace referencia a que los cuatro amigos de Tsukuru tienen en sus nombres un ideograma de algún color, mientras que él no tiene ninguno) es mi primer acercamiento a la obra de Murakami, y en general puedo decir que la experiencia ha sido positiva, aunque probablemente no sea uno de los trabajos más representativos del autor.

Aunque excesivamente filosófico en algunas partes y demasiado mundano en otras, Murakami tiene un estilo que te atrapa fácilmente; aun cuando se descubre la razón por la que le echaron de la pandilla (es la esperable, aunque hubiera preferido otra cosa, la verdad) me encontré tan sumergida en la vida de Tsukuru que me costó mucho cerrar el libro cuando tenía que irme a dormir o volver al trabajo. El autor tiene un don de hacerte interesante hasta las situaciones más normales, como Tsukuru paseando y yendo a comer una pizza él solo.

Pese a ello el ritmo en ocasiones se resiente, y los últimos capítulos flojean hasta el punto que se pierde un poco todo lo conseguido anteriormente, y más cuando realmente no hay un final definido. Ese es el objetivo, claro, la vida es así, no todo queda cerrado sino que pasa sin más, y aunque entiendo que se quede donde lo hace, si que me dejó algo insatisfecha que algunas cosas no se resolvieran, especialmente todo el asunto con Haida que era de lo más interesante.

Murakami nos ofrece una historia sobre las huellas que deja el pasado y especialmente lo vivido durante la adolescencia en nuestra vida adulta; heridas que creíamos que ya estaban cerradas seguramente están todavía más en carne viva de lo que pensamos. También gira entorno a cómo hay experiencias que solo se pueden vivir en un momento muy concreto, y que después ya no se podrán replicar por mucho que queramos, y lo dolorosa que es la nostalgia por el tiempo perdido y pasado aunque esas experiencias sirvan para modelar la case de personas que seremos de adultos. Un relato sobre la amistad, el amor, el paso del tiempo, la soledad y todo lo que dejamos atrás en el paso a la madurez y sobre el tipo de reflexiones que casi todos nos habremos hecho alguna vez en la vida.

No es una mala introducción al autor por mi parte y espero poder leer algo más suyo pronto.

Nota: 3'5/5

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