martes, noviembre 24, 2020

Pesadillas: Bienvenidos a Horrorlandia

Algo que recuerdo con mucha nostalgia de mi infancia es leer los libros de Pesadillas de R.L. Stine. Por allá por 1996 el Periódico regalaba cada semana un libro de Pesadillas, y como por aquel entonces mi padre tenía un quiosco, cada fin de semana me daba la entrega correspondiente y yo lo devoraba aquella misma tarde. Supongo que como a muchos de mi generación esta fue mi puerta de entrada al género del terror.

Así que este Halloween decidí que me apetecía volver a mi infancia durante un ratito y como todavía tengo esos mismos libros en casa, pues ahí que fui.

Un día en Horrorlandia es el primero de la colección, aunque corresponda al número 16 en la numeración original. Va sobre una familia que se dispone a pasar el día en el zoo pero se pierden y por el camino encuentran un parque de atracciones que parece muy curioso.

Evidentemente no es lo mismo leerlos de adulta que de niña, cuando tienes una edad muy parecida a la de los protagonistas. Son libros con capítulos muy cortos, de prosa simple pero ideal para crear tensión, y la mayoría terminan con un gancho de "¡Oh, no! ¿Y ahora qué va a pasar?" muy efectivo que hace que no quieras soltarlo hasta que te lo has ventilado todo.

El terror está bien planteado (siempre teniendo en cuenta la edad del lector) pero pronto te das cuenta de que realmente la vida de los protagonistas no corre verdadero peligro en ningún momento, ¡aunque eso no quiere decir que no lo pasen mal! Algunas de las atracciones del parque son verdaderamente terroríficas, la de los espejos es genial.

Algo que me hizo mucha gracia es la facilidad con la que los padres dejan solos a los niños. ¡Supongo que los noventa eran otros tiempos! Mis sobrinos tienen más o menos las edades de los dos hermanos y el amigo de este libro y me entran taquicardias solo de pensar en dejarlos solos durante horas en un parque de atracciones extraño en el que no hay teléfonos y en el que el coche de la familia acaba de explotar.

Y el final es buenísimo.

No voy a negar que me lo pasé muy bien releyendo las aventuras creadas por Stine, obviamente no tiene nada que ver con el tipo de terror que leo ahora de adulta pero oye, se lee en un momento y sirve para recordar buenos tiempos, que no es poco. 

Nota: 3/5

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