miércoles, noviembre 18, 2020

La casa de hojas

Este es, sin duda alguna, uno de los libros más particulares que uno puede sentarse a leer. Y es que su autor, Mark Z. Danielewski, creó una obra experimental que no se parece a nada que uno haya leído antes o vaya a leer después.

Estamos ante un trabajo que demanda una implicación del lector que va más allá de leer las letras impresas en las páginas. En La casa de hojas a menudo tendremos que seguir interminables retahílas de pies de página, poner el libro boca abajo, utilizar un espejo o incluso descifrar mensajes ocultos. Es agotador, la verdad, pero no en un mal sentido, porque permite una inmersión a la mente de Johnny que de otra forma no sería posible. Digamos que es una historia dentro de una historia dentro de una historia: el protagonista encuentra los apuntes de un anciano que acaba de morir en los que hace un análisis de una película acerca de una casa en la que las dimensiones interiores son mayores que las exteriores, y cómo esta percepción anómala de la realidad afecta a todos los implicados.

La verdad, esto es lo más parecido que me he encontrado en literatura a una película de found footage. Todo el análisis académico acerca del Expediente Navidson es fascinante, aunque el lector se verá inundado con múltiples referencias arquitectónicas, filosóficas, mitológicas, históricas, psicológicas, cinematográficas o físicas. El currazo que se pegó el autor es de aúpa.

Es un libro en el que hay que meterse de lleno en la propuesta de Danielewski. Es confuso, no es una historia lineal, a menudo nos preguntaremos a dónde carajos nos quiere mandar el autor y por qué Johnny se pasa más tiempo alardeando de sus aventuras sexuales que centrándose en El Expediente Navidson que es lo que nos interesa, y tampoco puede decirse que tenga una conclusión que nos vaya a dejar totalmente satisfechos, pero creo que vale la pena implicarse de esa manera. (Eso sí, pobres si sois como yo que no soy capaz de saltarme nada y me leí cada palabra, incluyendo las listas interminables de nombres, jajaja). 

Siempre me han interesado las obras que giran entorno a como un personaje va cayendo cada vez más y más hondo en la locura, y en ese sentido La casa de hojas es perfecta, tanto en la historia de Johnny como en la de Navidson. El prólogo es brutal para asentar el tono (ojo si sufrís de ansiedad) y, con el añadido de las cartas de Seraphina al final, todo coge bastante sentido. ¿Es una novela de terror? Sí, sin duda, Danielewski te contagia la inquietud de Johnny y hay partes del Expediente Navidson que son un auténtico trauma, pero además de eso hay mucho donde rascar y cuando lo terminé, sobre todo después de esa carta escrita en clave, me sentí más que nada triste.

Desde luego que leer La casa de hojas es toda una experiencia y, si le coges bien el punto, es un libro que ya se va a quedar contigo.

Nota: 4/5

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