domingo, agosto 25, 2019

¿Y tú qué clase de madre eres?

La premisa de este thriller británico me ha molado mogollón, porque creo que es bastante original dentro del género: cuando una niña de trece años desaparece, la culpa recae sobre Lisa, una amiga de su madre y y madre de una niña de su edad con la que la cría tenía que haberse quedado a dormir la noche anterior. Pero Lisa tiene una vida muy cáotica, compaginando la crianza de tres hijos con un trabajo a jornada completa, y cuando su hija el día en cuestión se quedó en casa porque no se encontraba bien, a Lisa se le olvidó completamente avisar a su amiga de que su hija no podía venir, perdiendo así un montón de horas valiosas en la búsqueda de la niña. Y, para postres, la niña es la segunda que desaparece en circunstancias parecidas, a manos de un presunto pedófilo con predilección por pequeñas de esa edad.

La idea que presenta Daly es genial: si desaparece tu hija es terrible, pero imagina que por tu culpa desaparece la hija de otra persona, solo por un descuido debido al estrés de tu día a día. ¿Cómo superas un sentimiento de culpabilidad así, por mucho que te vuelques en intentar subsanarlo, en hacer lo que esté en tu mano por ayudar? ¿Cómo se vive con algo así? Solo de pensarlo me da ansiedad.

La novela está narrada en tres puntos de vista durante un lapso de cuatro días: Lisa y sus intentos por redimirse mientras se castiga a sí misma, Joanne Aspinall, la detective que se encarga de investigar los secuestros, y el propio secuestrador pedófilo.

La autora plantea muy bien ese sentimiento de culpabilidad de Lisa, a la que le carcome por dentro el que haya sucedido algo así. Un punto muy importante del libro es la exploración de lo difícil que resulta a veces conciliar las dos vidas, la familiar y la laboral, y cómo el estrés acumulado y la necesidad de tener que hacer mil cosas cada día acaba por afectar a nuestra salud mental. Otro tema, también muy interesante, es el de la tendencia que tenemos (creo que sobre todo las mujeres) a envidiar la vida de los demás, que por fuera siempre nos parece mucho mejor equilibrada y plena que la nuestra, aunque a la hora de la verdad, de puertas para adentro la mayoría de la gente también tiene sus propios problemas.

Curiosamente, el thriller en sí es la parte más floja de la novela. La resolución no está mal, pero es todo un tanto culebronero para mi gusto, a la par que conveniente; no una, sino dos veces Lisa, que trabaja en un refugio para animales, va a buscar a mascotas y se encuentra con una pista justo al lado, y la labor policial tampoco impresiona mucho. Además, el punto de vista del secuestrador prometía algo más que lo que al final da, se queda todo como un poco diluido al final.

Una novela interesante, con un punto de vista bastante original dentro del género del domestic thriller, y que gustará especialmente a esas mujeres que se ven desbordadas por tenerse que ocupar de tantas cosas cada día porque es fácil sentirse identificada con la protagonista.

Nota: 3/5

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