Muy pocas veces rompo mi regla de gastarme más de diez euros en un libro, y mucho menos en un libro que no llega ni a las trescientas páginas como es este caso, pero en esta ocasión decidí arriesgarme porque había leído muy buenas críticas y creí que valdría la pena salirme de la norma por una vez.
En la primera novela del autor se nos relata el romance veraniego de dos jóvenes. En un acogedor pueblo de Italia durante los ochenta, la familia del protagonista, Elio, tiene por costumbre cada verano acoger a estudiantes o jóvenes escritores y artistas. Aquel verano le tocó el turno a Oliver, un joven escritor norteamericano apuesto y distante que despertará el deseo de Elio.
Aunque en muchos momentos la novela me ha desconcertado, también debo decir que también me ha fascinado. Aciman es un genio de la narrativa, capaz de escribir con absoluta maestría los pensamientos de un adolescente y todo el proceso con el que sus sentidos y su deseo sexual se despiertan al máximo, ofreciéndonos un relato apasionado y vibrante, lleno de bellísimas metáforas pero a la vez muy explícito sexualmente. Este punto es lo que más me sorprendió a la hora de abordar la novela, pero después entendí que se trata del relato de un adolescente que recién está descubriendo millones de sensaciones nuevas y es así como piensan los adolescentes; leyéndolo por segunda vez, resonó en mí el momento en el que el padre de Elio le dice que le tiene envidia por ser capaz de sentir toda esa pasión y ese dolor que inexorablemente se pierden en cuanto te conviertes en adulto.
Se trata de un fantástico debut para un autor cuyo mayor mérito es la cantidad de hermosas imágenes mentales que logra a lo largo de las páginas. En algunos momentos la acción pasa tan lenta que se hace algo pesado (la parte de Roma es bastante insufrible) pero una vez pasas la última página, te das cuenta de que no querías que se terminara, tal era la fuerza de los momentos que habíamos pasado junto a Elio y su primer amor, un apasionante romance de verano que podría haber sido solo eso pero que resultó ser de esos amores que jamás se olvidan.
Maravilloso y emotivo último capítulo en el que Elio deja de ser un adolescente y pasa a ser un adulto y especialmente maravilloso último párrafo para una novela cuyos elogios son indudablemente merecidos. La primera vez me hizo llorar. La segunda, me ha destrozado completamente. No puedo esperar para ver la película.
En la primera novela del autor se nos relata el romance veraniego de dos jóvenes. En un acogedor pueblo de Italia durante los ochenta, la familia del protagonista, Elio, tiene por costumbre cada verano acoger a estudiantes o jóvenes escritores y artistas. Aquel verano le tocó el turno a Oliver, un joven escritor norteamericano apuesto y distante que despertará el deseo de Elio.
Aunque en muchos momentos la novela me ha desconcertado, también debo decir que también me ha fascinado. Aciman es un genio de la narrativa, capaz de escribir con absoluta maestría los pensamientos de un adolescente y todo el proceso con el que sus sentidos y su deseo sexual se despiertan al máximo, ofreciéndonos un relato apasionado y vibrante, lleno de bellísimas metáforas pero a la vez muy explícito sexualmente. Este punto es lo que más me sorprendió a la hora de abordar la novela, pero después entendí que se trata del relato de un adolescente que recién está descubriendo millones de sensaciones nuevas y es así como piensan los adolescentes; leyéndolo por segunda vez, resonó en mí el momento en el que el padre de Elio le dice que le tiene envidia por ser capaz de sentir toda esa pasión y ese dolor que inexorablemente se pierden en cuanto te conviertes en adulto.
Se trata de un fantástico debut para un autor cuyo mayor mérito es la cantidad de hermosas imágenes mentales que logra a lo largo de las páginas. En algunos momentos la acción pasa tan lenta que se hace algo pesado (la parte de Roma es bastante insufrible) pero una vez pasas la última página, te das cuenta de que no querías que se terminara, tal era la fuerza de los momentos que habíamos pasado junto a Elio y su primer amor, un apasionante romance de verano que podría haber sido solo eso pero que resultó ser de esos amores que jamás se olvidan.
Maravilloso y emotivo último capítulo en el que Elio deja de ser un adolescente y pasa a ser un adulto y especialmente maravilloso último párrafo para una novela cuyos elogios son indudablemente merecidos. La primera vez me hizo llorar. La segunda, me ha destrozado completamente. No puedo esperar para ver la película.
Elio y Oliver en la adaptación que se estrena en 2017
Nota: 7'5
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