viernes, abril 24, 2020

A fair maiden

Joyce Carol Oates es una novelista muy prolífica a la que tenía ganas de probar, y cuando vi esta novela corta en la biblioteca me lancé a por ella sin dudarlo. Y la verdad, una vez leída la he dejado digerir un par de días para formarme una opinión pero sigo sin saber bien bien qué pensar de ella.

En A fair maiden Oates nos cuenta la relación que se forma entre Katya, una chica de dieciséis años que está trabajando como canguro de una familia adinerada durante el verano, y Marcus Kidder, un rico y sofisticado hombre de sesenta y ocho años que se fija en ella. 

El tono de la novela es fantástico; es como un cuento de terror gótico (muchos la comparan con una versión de Caperucita) pero ambientado en el presente, decididamente oscuro e inquietante. La historia está narrada a través de los ojos de Katya, que es posible que nos sea una narradora 100% fiable, y Oates hace un gran trabajo mostrando los pensamientos de una chica tan joven que cree que sabe lo que está haciendo y que es ella quien domina la situación pero que está siendo manipulada por alguien mucho más experimentado que está claro que no es la primera vez que hace algo así. No es una lectura precisamente agradable, todo el rato estás esperando que algo horrible pase y ver cómo Katya justifica todo el tiempo la actitud de los demás y especialmente de Kidder convenciéndose de que nunca le haría daño porque la quiere como no la ha querido nunca nadie y porque la considera alguien especial y única es muy triste. La autora desde luego clava la forma de comportarse de este tipo de depredadores y lo fácil que es manipular la mente de alguien tan vulnerable e impresionable como es una niña de dieciséis años que proviene de una familia desestructurada. Se puede argumentar que Katya no es inocente del todo porque ella también saca tajada, aceptando el dinero de este sin pudor, pero uno es un adulto y la otra no lo es.

Lo más descorazonador de este relato es la forma en la que describe las interacciones con los hombres a las que está acostumbrada Katya, y cómo ha aprendido a tratarlos para no incitar su furia (y aun así...). Y vaya, en general todos los personajes de este libro, salvo los niños a los que cuida Katya, son personas muy cuestionables, pero me pareció todo bastante realista por desgracia.

La prosa de Oates es magnífica y mantiene el suspense en todas y cada una de las páginas de este retorcido cuento de hadas que es, sin duda, una lectura interesante a la par que deprimente.

Nota: 3/5

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