domingo, junio 04, 2017

Nadie ComoTú

Obra de J.A. Redmerski, publicada en 2012, Nadie Como Tú nos narra el viaje personal que emprenden dos jóvenes que se conocen por casualidad y descubren que son todo lo que habían estado buscando casi sin saberlo.

Camryn es una chica de veinte años que se siente perdida. La muerte del novio del que estaba perdidamente enamorada, el divorcio de sus padres y la traición de su mejor amiga no han hecho sino convencerla de que necesita un cambio en su vida, que necesita encontrarse a sí misma antes de pasarse día tras día en una existencia monótona haciendo un trabajo que no la llena en absoluto. De modo que, sin pensárselo mucho más, se va a la estación de autobuses y se compra un billete al azar. No sabe qué hará cuando llegue, pero sabe que ya lo descubrirá cuando llegue allí.

A medio viaje, en una parada en Kansas, conoce a Andrew, un atractivo chico de veinticinco años que se dirige a ver a su padre moribundo y que ha decidido coger el camino largo para pensar sobre ello. Al principio Camryn se muestra un poco recelosa, pero poco a poco se va abriendo más a él y el viaje en autobús los une tanto que deciden que en cuanto lleguen a su destino emprenderán uno nuevo en coche. Ambos están de acuerdo en lo mismo: nada de sentimientos ni rollos raros, y a vivir el presente. Pero ¿podrá resistirse Camryn a los encantos de ese chico tan distinto a todos los que ha conocido antes?

La respuesta, obviamente, es no; Camryn le dice a Andrew (¿o debería llamarlo Dean Winchester? La autora no disimula mucho en quién se ha inspirado para crear al personaje, ¡si hasta escuchan Carry on wayward son en el coche clásico del padre de este!) que bajo ningún concepto se va a liar con él pero a los dos días ya ha cambiado de opinión.

Encontrar un romance interesante y que no sea demasiado tóxico en estos libros juveniles es menos fácil de lo que me gustaría, y desgraciadamente Nadie como Tú tampoco es un gran ejemplo de ello, porque te venden como romántico que una chica de viente años decida que pertenece a un tío al que conoce desde hace solo unos días y que encima es un egoísta de mierda por no explicarle su secreto.

Nadie como Tú tiene bastantes situaciones y puntos de vista problemáticos: Camryn califica a su mejor amiga de ninfómana solo porque es bisexual y durante una época que estuvo separada de su novio de siempre salió con una chica. Camryn le dice a Dean Winchester que no quiere nada con él y luego llama zorra a una mujer solo por mirar. ¡Solo por mirar!  Tener algún que otro rollo pasajero está bien, ahora, como tengas muchos, ¡eres una guarra! Pero solo si eres mujer, claro. Cuando conocen al único personaje de color que sale en el libro, Camryn alega enseguida que "le cae muy bien", para dejar claro que no es nada racista, pese a que no ha hecho eso con ningún otro personaje. Camryn y Andrew no se conocen de nada y tienen sexo sin protección tan alegremente (en serio, el público objetivo de estos libros son chicas adolescentes, ¿tanto cuesta tener un poco de cuidado?). Y luego está el mensaje de que si estabas con alguien y más adelante te enamoras de otra persona, eso quiere decir que no querías realmente al primero. ¿Perdón?

Más allá de eso la prosa es bastante pobre. El vocabulario es sumamente repetitivo. Todas las reacciones son o sonreír, o revolver los ojos, o sonreír con los ojos. Mucha paja, la autora nos detalla un montón de cosas que no aportan absolutamente nada a la trama y que se hacen muy tediosas. Pero lo peor de todo para mí es que Redmerski tiene la necesidad de explicarlo todo, incluso lo evidente, tratando de idiota al lector. ¿Sabéis esas series de televisión policíacas que te ponen un flashback de algo que ha sucedido cinco minutos antes, como si no confiaran en tu capacidad para entenderlo si no es así? Pues más o menos algo así pasa en este libro.

Pongo un ejemplo de esto que me hizo mucha gracia. Los protagonistas van al hospital a visitar al padre de Dean Winchester, pero Andrew no se ve con fuerzas de quedarse allí hasta que suceda lo peor así que decide marcharse. Mientras se despide de su hermano menor, este le dice:
-Te llamaré cuando tenga que ser, ¿vale?
No hay ninguna duda de a qué se refiere su hermano, ¿no? Pues la siguiente frase es:
Asiento, conforme. Con «cuando tenga que ser» se refiere a cuando mi padre haya muerto.
¡No! ¡Nunca lo hubiera adivinado si no hubiera sido por esa aclaración!

La novela está narrada bajo el punto de vista alterno de ella y de él, el problema con esto es que no hay mucha diferencia entre las voces de ambos y algunas veces describen pensamientos con las mismas palabras exactas.

El libro tiene algunas escenas eróticas. Camryn admite que le va el sexo duro y que su pareja sea agresivo con ella en la cama pero tampoco hacen nada del otro mundo.

También hay un montón de menciones a actores de la CW y similares que tampoco vienen mucho a cuento pero supongo que harán gracia a las lectoras más jovencitas.

En cuanto a los personajes, nada que destacar tampoco. Ambos se creen special snowflakes porque quieren viajar por ahí y ser espontáneos y todo eso que está tan bien en toería pero que es tan difícil de llevar a la práctica. Camryn se supone que es increíblemente madura para su edad pero lo único que hace es sonrojarse y pensar en Andrew a todas horas. Andrew es el típico protagonista que va de tío duro que no es romántico y que luego resulta ser todo lo contrario.

Y el final sí que es para revolver los ojos.

La verdad es que la intención del libro es buena, porque la idea de vivir la vida, ser honesto con uno mismo y no privarte de nada de lo que te puedas arrepentir cuando sea demasiado tarde es muy positiva, la lástima es que la ejecución lo es mucho menos. No encontré por ninguna parte el sentimiento de aventura y libertad que se supone que te debería transmitir un road trip como este. 

Nota: 3  

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