La detective Barren acaba de recibir la peor notícia que podría esperar: su sobrina Susan ha sido hallada violada y asesinada en un parque. El modus operandi de su muerte corresponde con el del apodado "asesino del campus", un joven fundamentalista islámico que es capturado y acusado del asesinato de varias chicas, entre ellas Susan. Pero la detective Barren sabe que hay algo que no encaja, y está convencida de que el verdadero asesino de Susan está suelto. Decidida a vengar a su sobrina, se dedicará en cuerpo y alma a atrapar al hombre que le arrebató la vida a Susan y quién sabe a cuántas chicas más.
John Katzenbach, como ya he dicho en más de una ocasión, es un autor que me gusta mucho. Sabe crear historias intrigantes, que enganchan desde la primera página y que te mantienen en tensión hasta que te lo terminas. Seguramente mi error fue empezar con El Psicoanalista que es un libro muy redondo y no sé si superable, pero me atraía mucho la premisa de Retrato en Sangre (asesino que fotografía a sus víctimas mientras obliga a una chica joven a ser testigo de todos sus crimenes para poder escribir más tarde su autobiografía) y estaba bastante segura de que iba a disfrutar mucho de la lectura.
Pero no ha sido así, y no me queda otra que tildar a este libro de decepcionante. Quizá porque es una de las primeras novelas del autor, pero lo que normalmente me fascina de Katzenbach en este libro se me ha hecho pesadísimo. La trama tiene su interés, pero no engancha lo suficiente. La tensión sólo está presente en algunos momentos contados. Apenas hay giros inteligentes de guión, todo es muy lineal y el final es tan abrupto que te deja bastante igual. Y lo peor de todo, los personajes son absolutamente sosos, especialmente la detective Barren y el doctor Martin Jeffers que son los personajes más aburridos e insulsos que me he echado a la cara en mucho tiempo, y eso que a Martin se le podía sacar partido al hecho de ser el hermano del asesino, pero ni eso. Douglas Jeffers no está mal del todo, pero le falta carisma y el hecho de poner todas las cartas sobre la mesa al principio del libro le perjudica. En cuanto a Annie, o Boswell, seguramente sea el personaje más interesante pero más por la anulación psicológica a la que es sometida por Jeffers que no por ella en sí.
Lo más salvable del libro, aparte de todo el sufrimiento psicológico que debe sufrir Boswell (y Katzenbach de trastornos psicológicos sabe un rato), son las sesiones de los niños perdidos y el capítulo de las dos chicas de la carrera de coches, el único capítulo que realmente te mantiene en tensión.
Se le fue la mano a Katzenbach con esta historia, demasiadas páginas para muy poca chicha, y la falta de un final más elaborado lo agrava todavía más.
Nota: 5
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