martes, noviembre 28, 2006

Muerte en la Vicaría

No sé si arrepentirme de no haber comenzado a leer a esta mujer mucho antes o estar contenta por todo lo que me queda por descubrir todavía, pero sea como sea Agatha Christie ha vuelto a sorprenderme y para bien con este libro, Muerte en la Vicaría.

Saint Mary Mead es un pueblo tranquilo en el que apenas pasa nunca nada, hasta que un suceso sacude a todos sus habitantes. El coronel Protheroe es hallado muerto en el despacho del vicario con un disparo en la cabeza. Los mayores sospechosos del asesinato son Anne Protheroe, la esposa del coronel, y Lawrence Redding, el amante de ésta, y parece confirmarse cuando ambos confiesan haber cometido el crímen para ayudar al otro. Pero las pruebas indican que ninguno de los dos pudo haberlo hecho, así que hay que buscar al verdadero culpable.

¿Quién querría ver muerto al coronel en un pueblo como Saint Mary Mead? Ciertamente el coronel no era nada querido por nadie pero de ahí a matarlo hay un trecho... Aunque esa no es la opinión de Miss Marple, la vecina del vicario que adora estudiar la naturaleza humana y que está decidida a resolver el misterio sea como sea. Según Miss Marple, hay hasta siete sospechosos del asesinato.

Mi edición contiene la historia corta El Misterio de Cornualles, en la que el carismático Poirot resuelve un caso de envenenamiento.

Agahte Christie sigue con su estilo habitual; de nuevo el punto de vista de la novela es en primera persona (el vicario, en este caso) por lo que es difícil adelantarnos a los acontecimientos y vamos conociendo la historia a través de sus ojos, así que estamos tan perdidos como él.

Christie sabe manejar la intriga como nadie y es difícil dejar la novela, porque todos los capítulos son cortos pero reveladores y dejan con ganas de más. Como siempre además Christie enreda la madeja con maestría y en mi caso volvió a engañarme y a dejarme boquiabierta con la revelación del auténtico culpable del crímen, caí en su trampa de nuevo. ¡Y me encanta!

Una gran novela en la que hace acto de aparición Miss Marple, otro muy buen personaje que no desmerece nada a Poirot.

Nota: 7'5

sábado, noviembre 25, 2006

Merupuri #2

Sigo con este manga. En este segundo volúmen los problemas para Airi, nuestra protagonista, no dejan de aumentar. Ella que sólo soñaba con vivir una vida tranquila y feliz al lado de un hombre maravilloso y desde luego desde la llegada de Alam su vida es de todo menos tranquila.

Nakaoji (empiezo a pensar que soy la única persona del mundo que tiene a Nakaoji como personaje favorito de este manga) sigue siendo lo más cercano al ideal de hombre que tiene Airi, pero cada vez es más difícil acercarse a él, pese a que el chico sigue teniendo esperanzas. Airi, por su parte, cada vez está más confusa puesto que cada vez siente más cosas por el pequeño Alam.

Creo que también soy la única persona a la que le cae mal Alam. Bueno, mal no me cae, de hecho cuando se hace mayor está muy buenorro y me gusta, pero cuando es un crío me cae un poco gordo, la verdad. Pero es que sigo queriendo que Airi se quede con Nakaoji.

En este tomo también tenemos la aparición de un nuevo personaje, Razu, cómo no otro tío bueno también muy interesado por Airi, principalmente por algo que ocurrió hace muchos años correspondiente a su família. Razu se ha hecho muy amiguito de Nakaoji.

Y Airi que se tiene que acostumbrar a tanto lío. Ya ni en el instituto está tranquila. ¿Cómo va estarlo con Alam, Razu, Lei y Jeile, más Nakaoji, por allá? Aunque sinceramente, ya me hubiera gustado a mí estar rodeada de tanto tío bueno en mi época de instituto.

Un tomo muy entretenido y con más ritmo que el anterior, todo ello aderezado con el precioso dibujo de Matsuri Hino. De momento me está gustando, a ver qué tal los dos tomos que quedan.




viernes, noviembre 17, 2006

Los Puentes de Madison County

Michael y Carolyn Johnson, dos hermanos, se pusieron en contacto con el escritor Robert James Waller y le contaron la historia de su madre, ya fallecida. Confiaban en que Waller se sentiría suficientemente interesado en la historia como para escribirla, si no era así le hicieron prometer que jamás contaría lo que ellos le habían explicado.

Pero le interesó, y escribió la historia.

Robert Kincaid era fotógrafo. De espirítu libre, fuerte e independiente, le gustaba denominarse a sí mismo el último cowboy. Tenía un encargo del National Geographic para realizar un reportaje fotográfico sobre los puentes cubiertos de Madison County. Le costó encontrar el último de los puentes así que se detuvo a preguntar a una mujer, Francesca Johnson. Francesca era una mujer casada y con dos hijos, pero en aquel momento su marido y sus hijos estaban pasando unos días fuera en una feria de Illinois. La atracción entre Robert y Francesca fue algo que nunca les había sucedido. Se enamoraron con tanta pasión que no pudieron evitar pensar que toda su vida no había sido más que un mero preludio a su encuentro.

Hermosa historia de amor entre dos personas que encontraron lo que ni siquiera sabían que anhelaban cuando menos lo esperaban.

El libro es un tanto lento, sobre todo en su inicio que resulta en ocasiones un poco aburrido hasta que Robert y Francesca se encuentran. No es en sí su relación de amor lo más interesante del libro sino más bien todo lo que vino después y todo lo que significó para ambos aquel encuentro que desde luego cambió para siempre sus vidas.

Fotograma de la película

Quizá si la historia no hubiera estado basada en hechos reales no me hubiera emocionado tanto todo el final, pero el saber que realmente esta historia le ocurrió a esas dos personas hizo que se me rompiera el corazón. Además, creo que yo hubiera hecho lo mismo que Francesca.

Ni siquiera recuerdo la última vez que lloré con un libro, pero Los Puentes de Madison County desde luego me hizo llorar muchísimo.

En este libro se basó la película protagonizada por Clint Eastwood y Meryl Streep que aún no he tenido ocasión de ver, aunque leyendo comentarios sobre el libro leí que hay algunos cambios con respecto al final. Será cuestión de verla y comprobarlo.

Nota: 6'5

sábado, noviembre 11, 2006

Trigun Maximum #11

Debo confesar que tenía un poco de temor a que, después de lo impresionante que fue el tomo 10, éste bajara un poco en intensidad y no fuera tan bueno. ¿Pero sabéis que? Jamás volveré a dudar de Yasuhiro Nightow porque sobradas veces ha demostrado su genialidad y vuelve a hacerlo una vez más. El tomo 11 de Trigun Maximum podría haber sido perfectamente un tomo tranquilo y un poco más relajado después de todas los sucesos de los últimos volúmenes, y no hubiera pasado nada, pero no, el tomo 11 vuelve a ser un gran tomo en esta colección que nunca deja de asombrarme.

En este tomo ocurren muchas cosas, que no puedo contar en detalle porque a estas alturas casi todo es un enorme spoiler y no es ni mucho menos mi intención chafar nada a nadie. Pero así a grandes rasgos puedo decir que me ha gustado la presentación de los nuevos personajes, que el resurgimiento de cierto personaje es tan genial como se esperaba y que adoro a Livio. Livio es un personaje tan grande que se merecería un manga para él sólo también, y si no fuera porque Wolfwood es insuperable no dudo que sería mi personaje favorito. Me encanta su nuevo look y las escenas que protagoniza son fantásticas. Cada vez que sale llena el manga él sólo, como Wolfwood. Otra muestra más de la genialidad de Nightow, esta vez en la creación de personajes tan ricos y con tantos matices.

También me ha sorprendido un poco el regusto a los primeros tomos que se aprecia en algunas escenas, como la de Femer y su hermana o cuando sale el señor con el pelo a lo afro. Se agradece que haya un poco de humor después de todo lo acontencido anteriormente aunque eso no quita el ambiente agridulce que se respira en todo el Maximum.

Una pena que estemos a un sólo tomo de la edición japonesa porque sin duda es el manga que me deja más ganas de seguir leyendo una vez terminado el tomo correspondiente.

Melodía del Infierno #1

Comienzo mi incursión en el cómic chino con esta interesante obra de Lu Ming que nos trae Iced Lands con una edición más que correcta.

¿Alguna vez os habéis preguntado si los suicidas van a parar al mismo sitio que el resto de la gente que muere? Pues según Lu Ming no, los suicidas van a la pradera del paraíso, lugar de paso entre el mundo de los vivos y el cielo en el que los que van a parar allí esperan el momento de su reencarnación. Allí hay tres chicos que han formado un grupo de heavy metal, su gran pasión. Pero el problema es que les falta encontrar un guitarrista que haga los solos, y empieza a ser urgente.

Como la búsqueda por la pradera es infructuosa, los tres chicos deciden pedir ayuda a la adivina del lugar, quien les encuentra justo lo que están buscando, el guitarrista perfecto. Hay un problemilla, pero... ese chico no está muerto, sino que está vivito y coleando en la Tierra. O sea que la única opción que les queda a los músicos es intentar que se suicide y se vaya con ellos a tocar. ¿Qué métodos utilizarán para hacerlo?

Melodía del Infierno sin duda es un cómic muy interesante, con una premisa muy original que logra captar la atención fácilmente. Aunque este primer tomo se desarrolla un poco lento, todo apunta a que el segundo y último número tendrá mucha chicha y el desenlace promete muchísimo, tengo muchas ganas de saber cómo termina.

Este cómic tiene la particularidad de tener un estilo muy occidental. El detallado dibujo tiene un estilo muy europeo, y también destaca el hecho de que el propio autor eligiera el sentido de lectura occidental a la hora de dibujar su obra. Eso sí, también encontramos algunas características más propias de los autores asiáticos como es el uso frecuente de super deformeds.

El diseño de personajes me gusta, sobre todo de los Third Men (los tres chicos del grupo de música) y especialmente me atrae Hei porque es el personaje que da más vidilla con esos arranques de furia que le dan y que seguro que dará mucho juego en el siguiente número.

En definitiva un cómic que se sale de lo habitual en el que el autor aúna sus dos pasiones: el dibujo y la música. Una buena opción para los que busquéis algo diferente.

miércoles, noviembre 08, 2006

La Vuelta al Mundo en 80 Días

*De nuevo la portada no es la misma que la edición que tengo en casa. Algo lógico puesto que he sido incapaz de encontrar la portada de mi edición, bastante antigua, y que me compré de segunda mano y a un precio irrisorio.

Phileas Fogg es un gentlman inglés de pura cepa. No se altera con nada, tiene una vida monótona y perfectamente controlada al minuto; de hecho, acaba de despedir a su último criado por no haber respetado sus horarios. Ahora ha contratado a un nuevo criado, el francés Passepartout, quien busca a un amo tranquilo y parece haber tenido suerte con Fogg. Pero Passepartout no se imagina que, el mismo día que entra a trabajar para su nuevo amo, éste ha aceptado una curiosa apuesta: dar la vuelta al mundo en 80 días. Los amigos de Fogg del Reform Club opinan que es imposible tal hazaña dados todos los imprevistos que pueden acontecer en un viaje de tal calibre, pero Fogg, impasible, no duda en apostar 20000 libras y comienza el viaje ese mismo día.

Desde luego, no será un viaje fácil, no sólo por la dificultad intrínseca del viaje sino porque Fogg tendrá que viajar con un policía pegado a los talones, quien está convencido de que Fogg es un ladrón que ha robado una importante suma del banco de Inglaterra.

Adoro a Verne. Hoy día estos relatos se hacen lejanos puesto que con la tecnología actual todas estas aventuras ya no se viven, pero el encanto que tienen los relatos de Verne es indudable.

En La Vuelta al Mundo en 80 Días Verne sigue desarrollando su pasión por los viajes, aunque curiosamente el protagonista, Fogg, no podría ser menos aventurero, ya que lo único que le importa es cumplir con su itinerario. Como todos los libros de Verne éste cuenta una historia muy entretenida, llena de aventuras y de imprevistos, en el que gracias al autor podemos desplazarnos a un montón de países diferentes sin salir de casa. ¿No es ése el mayor encanto de los libros?

Este libro está lleno de descripciones que a veces ralentizan un poco el ritmo del libro, pero en general es una novela muy amena que se lee muy bien. Los personajes son un tanto planos (quitando a Passepartout y alguno más) pero como no son el gran peso del libro no es algo que importe excesivamente. Además, eso no les quita encanto. Mistress Aouda es bastante plana, pero a mí me cae de maravilla, por ejemplo.

Además, el final es precioso.

Nota: 7'5