martes, febrero 12, 2019

Daisy Miller, Otra Vuelta de Tuerca y otros relatos

Esta edición presenta una recopilación de cuatro relatos del célebre Henry James, conocido especialmente por ser el autor de una de las historias que podemos encontrar aquí, Una vuelta de tuerca. A través de estas páginas, el autor plasma varias preocupaciones muy personales como, por ejemplo, el miedo a morir.

Antes de comentar cada relato, quiero decir que el mayor problema que he tenido con este libro ha sido el estilo del autor. Excepto el primer relato, que es bastante accesible, los otros tres se hacen muy dificultosos por la prosa de James, que divaga una barbaridad, utiliza frases larguísimas (de hasta diez, doce líneas) y es extremadamente vago en los diálogos de los personajes. A eso súmale el lenguaje del siglo XIX, principios del XX, claro. La lectura se me hizo una montaña, la verdad.

Daisy Miller, novela corta publicada en 1878, nos narra cómo un estadounidense afincado en Europa se encapricha de una hermosa paisana a la que le encanta coquetear con los hombres. James, quien vivió gran parte de su vida en Europa, hace un estudio sobre las diferencias de clases y el papel de la mujer en la sociedad, mostrándonos lo mal visto que está que una muchacha joven y bonita como Daisy no tenga ningún pudor en mostrarse en público en la compañía de diferentes hombres, que caen rendidos a sus pies. Honestamente, la personalidad de Daisy me encantó, porque hace lo que quiere sin pararse a pensar en el qué dirán, y es muy directa a la hora de enfrentarse a los demás y vivir su vida como quiere. Era, totalmente, una adelantada a su tiempo.
La historia termina exactamente como uno espera.

Una vuelta de tuerca, de 1898, es un relato de fantasmas que fácilmente encontramos en muchas listas de las mejores novelas de terror de la historia. Nos cuenta la llegada de una joven institutriz a una casa en el campo, y cómo su idílica vida cuidando a dos aventajados niños se ensombrece cuando empieza a vislumbrar la siniestra presencia de alguien que no debería estar allí.
James le da un enfoque psicológico al terror de forma que no sabemos, al menos al principio, si lo que está viendo la institutriz es real o producto de su imaginación. Las apariciones de los fantasmas están muy bien ubicadas y el modo en el que se va desvelando que los niños son mucho menos inocentes de lo que aparentan ser es uno de los puntos fuertes de la historia, aunque la sensación de intriga que debería rodear a un relato de estas características queda bastante diluido por la excesiva vaguedad de los diálogos, que no hacen sino entorpecer el avance. Nadie tiene una respuesta directa a ninguna pregunta y eso es extremadamente frustrante. 

La bestia en la jungla, de 1903, es un relato muy personal en el que el autor vuelca mucho de sí mismo. Trata sobre la amistad entre un hombre y una mujer que comparten un secreto y prometen ayudarse mutuamente en lo que respecta a su estatus social. No es complicado interpretar que ese secreto es la homosexualidad del protagonista, y que al final de su vida se da cuenta de que la ha desperdiciado esperando que pasara algo extraordinario en vez de ser él parte activa de su propia existencia.
El final está muy bien y reconozco que el mensaje me afectó, pero la historia en sí es tan, tan, tan farragosa (básicamente no pasa nada) que no vale mucho la pena leérsela entera solo para eso.

Finalmente tenemos El rincón feliz, que trata temas parecidos. Un hombre vuelve a Estados Unidos tras vivir casi toda su vida en Europa, y allí se obsesiona con la casa en la que creció y en la que cree precibir una extraña presencia. No es tanto una historia de fantasmas como Una vuelta de tuerca, sino de nuevo el miedo a morir sin haber hecho nada importante y las dudas sobre si las decisiones y caminos que hemos tomado han sido las correctas o la vida podría haber sido completamente diferente si hubiéramos tirado por otro sitio. De nuevo me gusta mucho más lo que dice que cómo lo dice, porque la narración es insufriblemente lenta y a la hora de la verdad tampoco pasa nada.

Es una lástima porque me gustan las ideas de James y no puede negarse que escribe bien, pero cuando sufres tanto para terminarte un libro que en última instancia no te dice nada... Pues está claro que ese autor no es para ti.

Nota: 2/5

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