Caleb es apresado al bordo de la nave Vigilant como sospechoso de ser un espía republicano. Nada más lejos de la realidad, ya que el motivo por el que Caleb ha terminado en la nave es para limpiar el nombre de la unidad de soldados de élite que se encuentran al mando tras ser acusados de un grave delito, el asesino en masa de prostitutas en la Tierra, y de paso encontrar al verdadero responsable de la muerte de su mejor amiga Daphne, quien lo estaba investigando.
Caleb queda al cuidado del jefe de la unidad, Sarhaan, un atractivo soldado cuyo sentido del deber se verá empañado por el intenso deseo que siente hacia Caleb, deseo correspondido por un muchacho que ha vivido toda su vida en un planeta Tierra en el que la homosexualidad es delito y es penado con la cárcel o incluso con la muerte.
Bendito The Book Depository por dejarme pedirme libros de este estilo que me dejan en el buzón de casa y encima no me cobran gastos de envío. No nos engañemos; Off World no es ninguna joya literaria porque en sus trescientas páginas, el 70% es sexo entre Sarhaan y Caleb, otro 20% es ellos fantaseando que tienen sexo con el otro, y el 10% restante sería el dedicado a la trama. Pero no me quejo, todo lo contrario (ya tengo la segunda parte encargada), porque no buscaba una trama elaborada cuando me lo pedí.
Stephanie Vaughan es una mujer y como mujer sabe lo que nos gusta leer a las mujeres en erótica gay; las escenas sexuales entre Sarhaan y Caleb son muy sexys y es fácil formarse una imagen mental clara de lo que te está describiendo la autora, además ayuda que los personajes tienen una personalidad bastante marcada dentro de lo que cabe y es sencillo encariñarse con ellos (y puntos para ella por hacerlos reversibles). El tema de la ciencia ficción queda relegado a un segundo plano ya que lo más importante es la relación que se establece entre los dos protagonistas y como ésta va evolucionando, cómo tanto Caleb como Sarhaan van siendo conscientes del enorme deseo que sienten por el otro, cómo Caleb intenta no hacerse demasiadas ilusiones al respecto y se va familiriazando con algo que toda su vida había tenido prohibido, algo que sabe tan y tan bien, y cómo Sarhaan se va rindiendo a los sentimientos que van creciendo dentro de él a medida que pasa más y más tiempo con el chico.
Eso sí, tanto Caleb como Sarhaan, los pobres, no son capaces de hacer nada sin pensar en el sexo, no sé cómo se lo hacen para pasarse todo el libro excitadísimos, qué vida más dura tiene que ser.
Y la trama, bueno, para el poco tiempo que le dedica, está bien desarrollada y eso hace que el libro no sea un PWP completo.
En fin, que no me ha aportado nada literariamente hablando, pero lo he disfrutado un montón y eso es lo que cuenta.
Nota: 6
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