Hay que ver lo mucho que me engancha este manga, ¡y es que es un culebrón! Y a mí me encantan los culebrones, claro.
Leyendo este tomo decidí que mi pareja favorita era Momo/Tôji, lo cual significa que voy a sufrir mucho porque Tôji es un imbécil y un novio pésimo que no sé da cuenta que debería apoyar a su chica antes que a la bruja de Sae.
Sae me da mucha rabia porque es que encima todo el mundo la cree, y eso es lo que más odio en este tipo de personajes (ahora, la tipa anima el manga que no veas). Me iba leyendo este tomo por los ferrocariles y me estaba poniendo negra entre las putadas de Sae y el bobo del Toji creyendo todo lo que le cuenta ella y desconfiando de Momo, cuando tendría que ser al revés. Kairi es majísimo, la verdad es que se merece que Momo esté con él en vez de con Tôji (aunque ya ves, entonces Sae seguiría metiendo cizaña, aunque Kairi no es tan tonto), pero qué le vamos a hacer, me gusta la parejita que hacen Momo y Tôji.
Pobre Momo, la que le espera todavía. Kairi sigue siendo un cielo aunque en este tomo se le escapa algo que se tenía que haber callado, claro que tampoco es algo como para que Tôji reaccionase así porque fue mucho peor que lo que hizo él... Hombres.
Los extras también son geniales, madre mía la de Saes que hay por el mundo.
Aish, me encanta.
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