Cora es una joven esposa y madre que ha decidido quitarse la vida. Tras convencer a su marido de pasar una tarde en familia en el lago, su intención es irse a nadar y ahogarse, para que parezca un accidente. Sin embargo, la tarde toma un rumbo inesperado: Cora termina apuñalando hasta la muerte a un completo desconocido sin ningún motivo aparente. El caso no presenta ninguna complicación para la policía, Cora ha confesado la autoría del crimen y está dispuesta a aceptar el castigo correspondiente. Pero el inspector de policía que lleva el caso, Rudolf Grovian, quiere llegar hasta el fondo del asunto y comprender qué es lo que llevó a Cora a cometer un acto a priori tan incomprensible.
A diferencia de otros thrillers, aquí el crimen está resuelto desde el principio, pero los interrogantes que plantea la trama tienen que ver con las motivaciones de la asesina, ya que es muy extraño que decidiera matar a un extraño así como así sin nada detrás que explicara sus actos. Y esclarecer la verdad no será fácil, puesto que nos encontramos ante una novela con una protagonista poco fiable, que está dispuesta a contar una historia que explique por qué hizo lo que hizo, pero eso no quiere decir que quiera o pueda contar la verdad.
Cora va a contar muchas cosas, y entre esas muchas cosas hay que discernir cuáles son reales y cuáles no, que no siempre será fácil. Es un libro que requiere atención y paciencia, porque Cora es un personaje muy complejo que arrastra consigo muchos traumas y lagunas de memoria porque su cerebro no es capaz de asumir la verdad de todo lo que pasó, y hasta el final no vamos a tener una imagen clara de todo lo que le ocurrió en su difícil vida y que la llevó hasta ese punto.
Tampoco es una lectura fácil porque ahonda mucho en el abuso que sufrió Cora de niña, viviendo con una fanática religiosa que culpaba a Cora de los problemas de salud de su hermana pequeña, y a la que tenía aterrorizada pensando que si pecaba su hermana moriría; viviendo con un padre insatisfecho sexualmente con el que compartía una habitación; con una hermana que la instaba a vivir para ella, a experimentar todo lo que ella no podía; y luego está lo que pasó aquella noche en el sótano con Johnny y los demás... El entorno familiar de Cora es de película de terror, y la relación entre las dos hermanas es fascinante, además de ser clave para entender todo el asunto. Huelga decir que todo es muy turbio.
El Pecado es un buen thriller para aquellos que busquen un libro del género que no te lo dé todo mascadito ni cuyo misterio se adivine a la primera de cambio. Es una lectura a ratos frustrante, por todos los rodeos que da Cora y todas las invenciones que se saca de la manga para no tener que enfrentarse a la realidad, pero que te lleva hasta una resolución por la que la vale la pena esperar.
Nota: 3.5/5

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