Esta novela se sale de lo habitual de la autora. No hay múltiples puntos de vista, sino que todos los capítulos los vemos a través de los ojos de Jenny, que pasa a estar ilusionada por su nueva vida a descubrir que se ha metido en un infierno con un hombre al que creía conocer pero que es muy distinto de como se imaginaba que sería. No hay un misterio en sí, aunque ya se intuye que Erich esconde muchos secretos, sino que poco a poco Jenny va descubriendo todo lo que ha pasado en esa granja y la verdadera historia de la madre de Erich y otras situaciones extrañas que pasaron a los alrededores.
Desde el principio ya se ve que Jenny ha cometido un error, ¿y es que cómo te casas no solo con alguien que conoces desde hace pocos días, sino alguien que te ha dicho que eres el vivo retrato de su madre fallecida, con la que es evidente que está obsesionado? Nada más llegar a Minnesota, en su noche de bodas, Erich le pide que se ponga el camisón de su madre para acostarse con ella. Erich es controlador, posesivo, celoso. Jenny traga porque las niñas adoran a Erich y su nueva vida le permite pasar mucho tiempo con ellas, pero llega un momento en el que la situación se vuelve insostenible.
No es la mejor novela de Clark, es muy frustrante porque básicamente Erich muestra bandera roja tras bandera roja y Jenny trata de convencerse a sí misma de que no es tan malo como aparenta, cosa que desgraciadamente pasa a menudo y muchas veces el aguantar hace que la mujer termine totalmente anulada, o peor, así que evidentemente no es agradable de leer. También le cuesta un poquito arrancar, no es hasta que tenemos la primera muerte y Jenny empieza a ser consciente de dónde se ha metido que la cosa no empieza a animarse, pero el tramo final es como siempre de infarto y la resolución de todo es satisfactoria aunque obviamente nos va a recordar a una famosa película de terror.
Correcta sin más.
Nota: 3/5
No hay comentarios:
Publicar un comentario