domingo, mayo 05, 2024

A stranger is watching

Esta es la verdadera definición de un thriller: lo que hace Mary Higgins Clark con esta novela es básicamente un no parar de tensión y nerviosismo desde prácticamente el minuto uno hasta que todo se resuelve. No se trata de adivinar quién es el criminal ni de resolver un gran enigma, sino que la autora te deja en vilo metiéndote en esta situación tan crítica en la que se ven envueltos los personajes.

Steve Peterson, un periodista, está rehaciendo poco a poco su vida después de que dos años atrás asesinaran a su esposa Nina. Ahora es padre soltero de su hijo Neil, todavía traumatizado tras ser testigo de la muerte de su madre, y está manteniendo una relación con la columnista Sharon Martin, con la que cree que podría tener un futuro. Pero tres días antes de que el asesino de su esposa sea ejecutado en la silla eléctrica, la vida de Steve se derrumba de nuevo cuando Neil y Sharon son secuestrados y el secuestrador demanda una gran cantidad de dinero a cambio de sus vidas.

Tenemos dos frentes abiertos en esta novela: por un lado Sharon y Neil, que han caído presa de las garras de este secuestrador que promete liberarlos si Steve paga pero cuya sinceridad no acaba de estar clara, y por otro lado el destino de Ronald Thompson, el chaval que espera en el corredor de la muerte a que le llegue su ahora pese a que todavía mantiene su inocencia. El libro es una carrera contrarreloj para salvar a los tres, puesto que obviamente el secuestrador tiene mucho que ver con los crímenes que se le imputan a Ronald, pero sin pruebas conseguir salvarlo está complicado.

Seguimos con la estructura que es marca de la casa de Clark: capítulos muy cortos, punto de vista de todos los personajes, cada uno de los cuales tiene una pieza de información que una vez se sepa puede ser clave para resolver el caso, una trama trepidante especialmente en la recta final que es de infarto y luego el final que uno espera si ya se ha leído unos cuantos libros de la autora. En este libro, además, encontramos un debate interesante sobre la pena de muerte, y cómo Steve está a favor por sus circunstancias pero se da cuenta de lo que verdaderamente significa condenar a alguien a algo así cuando la vida de su propio hijo está en juego.

Como siempre digo, me encanta Clark porque sabe cómo enganchar al lector y sus tramas siempre son interesantes, además me lo estoy pasando muy bien con esto de leer thrillers setenteros (este es del 77). Quitando algunos detalles como el uso de las cabinas telefónicas y poco más, realmente es muy moderno, sobre todo porque Clark entiende lo que es el ritmo, algo que no siempre encuentras en thrillers de ahora. La trama transcurre en su mayor parte en la estación Grand Central de Nueva York, y como también es habitual en la autora con sus descripciones te pone en situación enseguida.

En definitiva, con su segundo thriller Clark se postuló como una de las reinas indiscutibles del género y espero que los lectores más jóvenes que no la conocen le den una oportunidad en algún momento porque sus libros enganchan como pocos.

Nota: 5/5


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