miércoles, marzo 22, 2023

The cabin at the end of the world

El home invasion o la invasión de hogar es uno de los subgéneros del terror que menos me gusta, no porque no haya buenas obras, sino porque me produce mucha ansiedad la idea de que alguien se te meta en casa y destruya lo que se supone que ha de ser tu espacio seguro. He visto unas cuantas películas de este subgénero, probablemente la mayoría de las más conocidas, pero si no me equivoco esta es la primera vez que me adentro en él en formato novela.

La historia trata de un matrimonio, Eric y Andrew, y su hija de siete años Wen, que pasan una tranquila semana de vacaciones en una pintoresca cabaña en un lago un poco en medio de ninguna parte. Su paz es interrumpida cuando un grupo de cuatro extraños armados aparecen de repente y exigen que les dejen entrar, diciéndoles que tienen que hacer un terrible sacrificio si no quieren ser los culpables del fin del mundo.

La premisa es terrorífica y de hecho el libro empieza muy potente con la llegada de estos extraños que obviamente no auguran nada bueno pese a sus continuas promesas de estar haciendo lo correcto. Lógicamente cualquiera pensaría que están locos de atar o que lo del sacrificio es una simple excusa o justificación para atacar a una familia que se sale de lo "normal" (cuántas veces habremos oído a fanáticos religiosos decir que la homosexualidad provocará el Apocalipsis), de modo que el primer instinto de Eric y de Andrew será el de proteger a su familia a toda costa. ¿Pero qué pasaría si estuvieran diciendo la verdad? ¿Y si el mundo estuviera a punto de terminar y solo ellos pudieran evitarlo?

El libro reflexiona acerca de ese dilema ético que todos nos hemos hecho alguna vez: ¿Seríamos capaces de sacrificarnos si supiéramos que así estaríamos evitando un mal mayor?  O al revés: ¿hasta qué punto es ético sacrificar a unos pocos para salvar a muchos más? ¿Y qué clase de Dios provocaría tanta muerte y tanta miseria solo para poner a prueba la fe de unos pocos? En esta novela, queda patente bastante pronto que los invasores no son simples psicópatas sino que basan sus creencias en algo (el autor los presenta como los cuatro jinetes del Apocalipsis), lo cual no deja de ser un reflejo de la realidad de a los extremos que puede llegar la religión.

La novela está contada a través de diferentes puntos de vista, no solo de la familia protagonista sino que Tremblay experimenta con otros a medida que avanza la historia (para mí hay uno en concreto que me sacó un poco de la lectura, pero siempre celebro que autores experimenten con cosas diferentes). Como decía empieza increíblemente bien estableciendo esa pesadilla en la que los protagonistas se ven envueltos de repente y haciendo crecer el suspense pero lamentablemente mi sensación es que no consigue mantener esa tensión y que llega un punto que se hace un poco repetitiva.

El mayor problema que tuve es que el libro termina de transmitir el terror por el que están pasando los protagonistas; Tremblay describe las emociones pero a mí me resultaron algo frías. Hay un momento en el libro bastante impactante (aunque yo creo que se ve venir) y las reacciones posteriores no están bien llevadas por el autor, en mi opinión.

El final es bastante polémico, Tremblay por lo que estoy viendo tiende a una cierta ambigüedad que para mucha gente puede resultar frustrante. A mí no me desagrada el final, creo que es el final que tenía que tener, pero sí que al terminar el libro me dio bastante pena que me hubiera dejado más bien indiferente porque esperaba más de una premisa tan chula. 

Nota: 3/5

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