lunes, septiembre 26, 2022

El señor de la noche

Es una tragedia la cantidad de autoras de fantasía, ciencia ficción y terror que están olvidadas o ninguneadas en nuestro mercado, autoras que son referentes del género y con voces tan únicas que no se entiende el ostracismo al que son sometidas. Tanith Lee, autora de casi un centenar de novelas y trescientos relatos, es una de ellas. Ha tenido que ser una editorial joven y pequeña como Duermevela la que la rescate y recupere una de sus obras más emblemáticas, El señor de la noche.

Estamos ante el primer libro de una saga de novelas independientes ubicadas en la tierra plana, publicado por primera vez en 1978. En el mundo inferior se sitúa el mundo de los demonios, y el señor de la noche es Azhrarn, el príncipe de los demonios, que se entretiene mortificando a los humanos, por los que siente fascinación. En esta novela encontramos diversos relatos con influencia del Oriente Medio interconectados por la presencia de este demonio seductor, caprichoso y aficionado al caos. Y qué personajazo es este Azhrarn, me he quedado embelesada con él.

Así, encontramos cuentos de muchachos criados en el mundo de los demonios que ansían ver el sol, hechiceras ambiciosas, reyes destronados, poetas enamorados de flores, almas divididas que se buscan la una a la otra o aprendices de mago con rencores que no se olvidan.

Lee transporta al lector a un mundo absolutamente mágico, lleno de maravillas en el sentido más puro de la palabra. La pluma de la autora es exquisita, evocadora y sensual, y a cada nuevo símil que utilizaba para describir las cosas no podía sino quitarme el sombrero. Jamás había leído escenas de sexo narradas como lo hace Lee, de una forma tan elegante.

Las diferentes historias están interconectadas entre sí de una forma maravillosa, en un derroche de imaginación que da vida a estos cuentos oscuros en los que Azhrarn siempre está acechando en las sombras. Me es difícil quedarme con solo una porque todas me han encantado, pero tal vez si tuviera que elegir diría la del espejo.

Para el que quiera fantasía libre de violaciones, eso sí, en esta novela las hay, por lo que cuidado si es un tema que se prefiera evitar.

La edición de Duermevela es preciosa, con traducción de Bruno Álvarez y José Monserrat y acompañada por las ilustraciones de Sebastian Giacobino. La pena es que al estar en papel normal quedan un tanto oscuras, pero aun así aportan mucho al conjunto.

Agradezco mucho a la editorial el haberme dado la oportunidad de conocer por fin a esta fabulosa escritora británica y espero que les venda un montón para que se animen a traer los siguientes libros de la saga porque ahora que he probado la pluma de Lee, dudo que me contente con leer solo uno de sus trabajos.

Nota: 5/5


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