viernes, octubre 12, 2018

Mariposas Heladas

El debut literario de la psicóloga y profesora polaca Katarzyna Puzynska nos traslada hasta la  pequeña y tranquila localidad ficticia de Lipowo, cuyos habitantes están conmocionados tras la trágica muerte de una monja. Aunque inicialmente todo parece que ha sido un desafortunado accidente y que la monja murió atropellada por alguien que se dio a la fuga, el caso va mucho más allá cuando poco después aparece otro cadáver. ¿Estaremos ante el mismo asesino? 

Un pequeño pueblo lleno de secretos, una historia del pasado que se vuelve cada vez más compleja hasta conectar con el presente, un ambiente invernal gélido... Este libro tiene todos los elementos que a mí me pirran en una buena historia de misterio, y el estilo me recuerda un poco a mi querida Mary Higgins Clark, con múltiples puntos de vista incluido el del asesino y sospechas que recaen en varios personajes hasta que llega la revelación final. El problema es que Puzynska no sabe sacar todo el potencial de su obra, que se queda muy corta en todo lo que propone.

Según la solapa del libro la crítica alaba esta obra porque trata de forma brillante complejos temas sociales y morales pero la verdad es que no. Más bien es un culebrón barato camuflado como misterio; en él encontraremos infidelidades, hijos ilegítimos, maltratos, menores liadas con adultos, problemas familiares... todo llevado de una forma muy cliché y nada compleja. La narración es muy forzada, especialmente los diálogos, y ninguno de los personajes se comporta como personas normales, sus reacciones son exageradas y absurdas en casi cualquier momento.

El misterio en sí no está mal hilado, y la novela no se hace aburrida, pero es en general bastante simplona y típica. La autora mete un montón de subtramas para despistar pero hay cosas que se quedan sin resolver, por ejemplo en un momento se menciona que el hijo de uno de los policías siente una atracción por otro personaje y no se vuelve a saber más de eso, o toda la trama del acoso que no conduce a ninguna parte. Además eso de que los policías son inexpertos en investigar este tipo de casos es demasiado conveniente, porque son todos tan ineptos que la investigación no avanza por culpa de que estos no lleguen a conclusiones totalmente lógicas.

Y luego está el caso de Weronika, que se supone que es la protagonista y que según la sinopsis del libro ayuda al policía jefe, pero al final resulta ser no solo totalmente superflua, sino que encima es idiota. Y su romance tampoco viene mucho a cuento, se lían después de hablar tres veces.

Ahora, lo peor de todo es lo que hace la autora con el personaje de Pawel. ¿Ese final para él, en serio?

Para los amantes de la novela negra que busquen un libro entretenido y no demasiado rebuscado, Mariposas Heladas cumple su función. Para los lectores más exigentes, hay opciones mucho mejores.

Nota: 2/5

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