domingo, julio 30, 2017

The Bodies Left Behind

The Bodies Left Behind supone mi primer acercamiento a la pluma de Jeffery Deaver, un autor superventas en el género del thriller conocido especialmente por El Coleccionista de Huesos, que tuvo adaptación a película con Denzel Washington en el papel protagonista. The Bodies Left Behind es un título autoconclusivo.

Abril, Wisconsin. La comisaría de policía del condado de Kennesha recibe una llamada de emergencia desde una apartada residencia al lado del lago Mondac. El interlocutor ha colgado a los pocos segundos después de prununciar una única palabra: "This" (esto). ¿Es un error o se ha visto obligado a cortar la comunicación por amenazas externas? La comandante Brynn McKenzie se acerca para comprobar que todo esté bien y se encuentra a los dos dueños de la casa asesinados a sangre fría. Lo peor, que los asesinos siguen allí; Brynn escapará por los pelos, perdiendo su coche y su teléfono, y junto a Michelle, amiga de las víctimas y superviviente del crimen, deberá sobrevivir y escapar de dos criminales dispuestos a lo que sea para borrar del mapa a las testigos.

Deaver nos ofrece una resolución de un crimen un tanto atípica, ya que en vez de centrarnos en el seguimiento de pistas hasta dar con el paradero de los culpables, la mayoría de la acción se sitúa en una misma noche, en una persecución trepidante en la que Brynn y uno de los asesinos, Hart, ambos inteligentes y llamados a la acción, van ideando trampas y planes para engañar al otro y salir victoriosos. La trama tiene buen pulso y tiene varios momentos en los que tienes que pasar de página rapidísimo para ver cómo se va a solucionar lo que acaba de pasar, aunque por otro lado trescientas páginas de persecución en un bosque de noche se hacen un poco pesadas. La verdad es que tengo un imán para cogerme libros en inglés cuya acción transcurre en bosques, con todo el vocabulario forestal que ello comporta; al principio buscaba en el diccionario la traducción de las plantas y árboles que no conocía pero ya ha llegado un momento que me da igual, se puede entender perfectamente por el contexto.

Una de las cosas que más me gustó fue la relación que se va estableciendo entre Brynn y Michelle, que son dos polos opuestos: la policía ruda acostumbrada al mundo rural y la chica pija que se pasa el día en el gimnasio o tomando té con sus amigas. A medida que transcurre la noche esa relación se va estrechando, obligadas a colaborar para sobrevivir, y es gracioso ver como Hart y Lewis se sentían frustrados por no ser capaces de poder con dos mujeres. Los dos asesinos tienen una evolución similar, haciéndose cada vez más amigos mientras colaboran juntos para cerrar todos los cabos sueltos. Una parte del giro que se da al final de esa noche es totalmente predecible, pero la otra no me convenció en absoluto porque creo que el autor se carga todo el build-up que había hecho hasta el momento.

Y luego está el caso de Hart, que se supone que es este asesino frío, calculador que está obsesionado con el control (como Brynn) y que luego comete unos errores garrafales. Tiene un montón de oportunidades de matar a Brynn y a Michelle y las desaprovecha todas, aunque lo mismo se puede decir de Brynn.

El libro cuenta con otros personajes, que también aportan lo suyo a la trama. Tenemos a Graham, el marido de Brynn, y a Joey, el hijo de esta. Por supuesto, como Brynn es una policía tenemos el obligatorio drama del hijo rebelde y del marido que no lleva bien que su mujer dedique tanto tiempo al trabajo, y de la que se podría prescindir totalmente. También tenemos a un poderoso hombre de negocios que podría estar detrás del asesinato de la pareja, su matón a sueldo (el personaje más interesante de lejos, lástima que no salga más) y los compañeros de Brynn. La mayoría de personajes no son lo que parecen y se nos van desvelando sus secretos poco a poco.

A partir de que termina la noche el resto del libro ya sigue el desarrollo esperado, en el que Brynn descubre los verdaderos motivos del crimen, que son bastante decepcionantes. Y el final es tremendamente anticlimático y demasiado conveniente. 

En global no es un mal thriller, te mantiene en vilo en buena parte de su lectura y el juego del ratón y el gato entre asesinos y fugitivas es interesante. La pena es que el autor lo estropea con giros innecesarios, con drama lleno de clichés que no aporta nada (y en serio, ¿cómo puede Brynn referirse al maltratador de su ex como "charming"? Se nota que esto lo ha escrito un hombre) y especialmente con ese final tan perezoso. 

Nota: 6'5

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