sábado, abril 15, 2017

Single in the City

Hace unos años, cuando todavía estaba en mi anterior trabajo, me sentía tan miserable que a menudo fantaseaba con la idea de dimitir o de que me despidieran, coger mis bártulos, e irme a Londres a empezar una nueva y excitante vida. Imagina, viviendo sola, en otro país, en una de las ciudades más fabulosas del mundo, empezando de cero y labrándote un futuro con poco más que el sudor de tu frente y mucha fuerza de voluntad. Y quién sabe, tal vez conocería a alguien especial... ¿Qué podría ser más romántico?

Buscando nuevos libros chick-lit para leer, me topé con este, y al ver la sinopsis lo tuve clarísimo y me lo compré de inmediato. ¡Era exactamente tal cual fantaseaba! Por supuesto, cuando me quedé sin trabajo, mucho antes del Brexit, no hice nada de nada... Porque así soy yo. Fantaseo mucho pero a la hora de la verdad no llevo nada a la práctica.

En fin. La protagonista de este libro es Hanna, una veinteañera de Connecticut que, tras quedarse sin empleo, en un impulso decide utilizar el dinero del finiquito para comprar un billete de avión y cumplir su sueño de comenzar una nueva vida en Londres. Una vez allí conoce a un hombre guapísimo, entra a trabajar en su compañía como secretaria y comparte piso con un grupo de simpáticos y ruidosos australianos. Todo parece que está saliendo a pedir de boca... ¿O no es así?

Pese a que Single in the City era precisamente lo que estaba buscando cuando lo compré, la verdad es que entonces no pude terminar de leérmelo. En el segundo intento sí pude, aunque también me costó, porque la verdad es que es un poco engorroso.

Pero siempre me gusta empezar por lo positivo, así que allá va: el estilo de la autora es genial. y no se nota apenas que este sea su primer trabajo. Su escritura es muy divertida y cínica, y en algunos casos da en la diana de una forma asombrosa, mi parte favorita es cuando Hanna hace una lista de las frases que un novio en condiciones jamás le diría a su novia (por ejemplo, "No conozco a nadie que esté felizmente casado" o "Eres igual que tu madre"). La novela está escrita en primera persona del presente y aunque tienes que hacer un poquito de esfuerzo porque Hanna te lo cuenta todo tal cual lo ve y lo piensa (no te dice "me voy a mirar por la ventana" sino que directamente se va a "no le estoy acosando, simplemente estoy comprobando que está dentro del restaurante" cosas así), funciona porque los comentarios de Hanna y sus comparaciones son la leche. Hanna además es una protagonista muy entretenida porque siempre se las ingenia para meter la pata hasta el fondo. Probablemente es demasiado exagerado (como lo del paper de váter), aunque se le puede perdonar.

Single in the City es el típico chick-lit de la chica soltera con poca suerte en el amor que va en busca del hombre perfecto. La diferencia es que aquí se va a la otra parte del mundo a hacerlo, y es muy gracioso ver cómo Hanna se va enfrentando a las diferencias culturales y cómo parece que a veces hable un idioma totalmente distinto por todas las confusiones y malentendidos con los que se topa. ¡Los ingleses son muy suyos, eso está claro! Además la autora va añadiendo pies de página para explicar las diferencias o explicar cosas inherentemente americanas, algo que encontré bastante original.

¿Cuál es el problema, entonces? Hanna, Hanna es el problema. Supongo que ya no tengo paciencia para este tipo de protagonista tan superficial que solo piensa en ropa y en alcohol y que está tan desesperada por encontrar novio que sale con una ristra de hombres que ni siquiera le gustan realmente y tiene que fingir ser quien no es o que le gustan cosas que no solo para retenerlos a su lado. No es el tipo de heroína que busco ahora en un libro, y por eso me se me hizo cuesta arriba su lectura.

Así que aunque no es un mal chick-lit en absoluto, no tengo muy claro que quiera leer el resto de libros de la saga y sus aventuras en otras ciudades, aunque al menos me alegro que Hanna al final escogiera al chico decente.

Nota: 5'5

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