miércoles, septiembre 28, 2016

Heridas Abiertas

Como mucha gente descubrí a Gillian Flynn con la genial Gone Girl y tenía muchas ganas de leer alguno de sus otros libros para ver si es de esos autores que solo tienen un libro realmente bueno o si por el contrario todo lo que escriben vale la pena.

Heridas Abiertas (Sharp Objects) fue su novela debut, y aunque no es tan redonda como Gone Girl, en ella podemos encontrar muchos de los elementos que han ido marcando el estilo propio de la autora.

Camille Parker es una periodista que trabaja para un modesto periódico en Chicago que recibe el encargo de su jefe de volver a su ciudad natal de Wind Gap, en Missouri, para cubrir la noticia de un posible asesino en serie que mata a niñas pequeñas. Muy aprensiva, porque está distanciada de su familia, Camille vuelve a su casa materna y se reencuentra con su madre, una mujer obsesionada con la salud, y con su hermana pequeña, Amma, a la que apenas conoce. Muy pronto comprueba que el fantasma de su otra hermana, que murió años atrás, sigue muy presente en aquella casa, y los crímenes perpetrados en la ciudad no harán sino acrecentar esa sensación de que algo no encaja.

Siempre siento curiosidad por esa clase de escritores que sienten la necesidad de escribir historias tan sumamente oscuras. ¿Cómo llegas hasta el punto de que tu mente vague libremente por esos parajes tan inhóspitos? ¿Puedes salir de ahí una vez terminas de escribir y vivir tu vida normalmente junto a tus familiares y amigos, o una parte de ti siempre está pensando en todo lo horrible que es capaz de hacer el ser humano?

Heridas Abiertas es un perturbador relato sobre una ciudad en "no es la América profunda pero casi" en la que la protagonista trata de descubrir qué se esconde tras el asesinato de dos niñas mientras se ve obligada a lidiar de nuevo con su complicada, por decirlo suavemente, situación familiar. No es bien bien una novela policíaca, porque al fin y al cabo está narrada por Camille que es periodista y ella busca escribir un buen artículo, no resolver el caso, es más bien un drama enfermizo sobre las consecuencias de tener una madre obsesionada con la salud, de la pérdida de una niña demasiado buena para este mundo, de cómo afecta a la hija nacida después que de alguna manera es como si tuviera que competir con el fantasma de la hermana que no conoció. Por otro lado, como suele pasar en estos casos, tenemos a la pequeña ciudad sacudida de repente por unos crímenes espantosos (las niñas fueron estranguladas y les arrancaron todos los dientes), que no sabe muy bien cómo aceptar este hecho y que vive con el miedo de saber que es muy posible que el asesino sea uno de ellos.

Ya desde el momento en el que la autora desvela el verdadero motivo de por qué la novela se llama Sharp Objects sabes que va a ser una lectura difícil. No difícil porque sea aburrida o pesada, al revés, es un page-turner como se suele decir, difícil en el sentido que te hace perder la fe en el ser humano.

Wind Gap es esa clase de ciudad todavía anclada en el pasado en el que la mayoría de mujeres se casan jóvenes, tienen varios hijos, dejan de trabajar, y se pasan la vida bebiendo, tomando el sol, quejándose de sus vidas y criticando a las otras en cuanto tienen la oportunidad. Luego están los jóvenes, la nueva generación, tan desesperados por destacar, por sentir algo, que crecen mucho más deprisa de lo que deberían. No soy muy fan de leer a niñas de trece años drogándose, humillando a otras personas y acostándose con el primero que pillan solo para demostrar que pueden hacerlo, y este es ese tipo de libro; muchos de los personajes son directamente malvados, y te dejan con esa sensación de que realmente son capaces de hacer cualquier cosa y sin ningún tipo de remordimiento.

Como en Gone Girl, me quedé con la sensación de que, en el fondo, Flynn odia haber nacido mujer porque siente que el mundo no es justo con nuestro sexo. No recomiendo este libro a aquellos que estén pasando por una depresión, especialmente a los que tengan el impulso de hacerse daño a sí mismos.

Flynn nos muestra el lado más sórdido de una parte de la juventud americana, de cómo la presión social y la mentalidad de grupo pueden llegar a arruinar la vida de alguien en una edad tan impresionable, a la vez que hace un retrato de una familia absolutamente disfuncional y totalmente rota.

Un gran debut para Flynn que reconozco que me sorprendió, pensaba que la historia era relativamente previsible, al menos una parte del final lo es, pero entonces la autora se casca un zasca que no te ves venir que a mí al menos me dejó partida por la mitad.

Eso sí, después de leer esta novela, conviene darse una ducha bien caliente, comer un poco de chocolate, y elegir como siguiente lectura algo que sea puro fluff. Dejar toda esa oscuridad dentro de nuestra alma no puede ser bueno.

Nota: 7'5

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