domingo, junio 29, 2008

El Niño con el Pijama de Rayas

Tenía curiosidad por este libro que estaba en boca de todo el mundo, y aprovechando que una amiga de mi madre le prestó el libro, decidí que era hora de leérmelo, puesto que es cortito.

El libro está protagonizado por Bruno, un niño alemán de 9 años que un día se encuentra con que su família y él se tienen que mudar. De su cómoda y bonita casa de cinco plantas en Berlín, se mudan a una casa fría y horrible en Auschwitz. Bruno odia su nueva casa; no tiene rincones para explorar, no tiene amigos con los que relacionarse, y desde la ventana de su habitación ve una enorme verja y detrás a cientos de personas vestidas todas igual, con un pijama de rayas.

Un día, cuando sale a explorar, Bruno se topa con un niño de su misma edad, vestido con el pijama de rayas y al otro lado de la verja. Entre los dos niños, que no entienden muy bien lo que sucede a su alrededor, se forjará una bonita amistad.

El niño con el pijama de rayas es un libro que se lee en un momento, son poco más de doscientas páginas y en dos tardes ya lo tenía listo. Boyne nos relata el holocaústo judío desde la inocente mirada de un niño, hijo de un general nazi que no tiene ni idea de lo que sucede, no sabe quiénes son los judíos, ni porqué están al otro lado de la verja, ni porqué llevan todos el mismo pijama de rayas. Todo está escrito desde esta inocencia, con mucha sencillez, un libro que vale la pena leer con la mente igual de pura como con la que está escrita y narrada.

Una historia conmovedora, supongo que es una buena manera para que un niño aprenda los horrores del holocáusto a través de la ingenuidad de otro niño, pero que también pueden disfrutar los adultos. Es un libro también bastante desazonador, porque nunca es agradable rememorar esta triste etapa de la humanidad que dejó tanto sufrimiento detrás, da mucha penita todo.

De entre todo, me quedo con los diálogos, sobre todo entre Bruno y Shmuel, y su bonita amistad, de esas que se recuerdan toda la vida.


Nota: 7

domingo, junio 01, 2008

La Fuerza del Engaño

Hacía tiempo que no leía una novela nueva de una de mis autoras favoritas, Mary Higgins Clark, y eso que tengo varios libros suyos sin leer por casa. Así que como me apetecía volver a adentrarme en una de sus intrigantes historias me decidí por este, La Fuerza del Engaño.

Nicholas Spencer es el creador de la empresa Gen-Stone, una empresa de investigación médica que está desarrollando una prometedora vacuna contra el cáncer. Pero repentinamente muere en un accidente aéreo y todo se destapa: la vacuna es un fracaso, Spencer había robado dinero, y toda la gente que había invertido en la empresa se ha quedado sin un céntimo.

Carley de Carlo, una joven periodista y cuñada de Nicholas Spencer, es la encargada de escribir un artículo sobre Gen-Stone. Mientras Carley investiga, empieza a descubrir que nada es lo que parece en este aterrador caso: ¿realmente Nick Spencer murió por culpa de un accidente?

Leer a Higgins Clark es reconfortante. Su estilo me es familiar, y siempre sé lo que esperar de sus novelas, por lo que mis expectativas nunca son defraudadas. La Fuerza del Engaño no es una excepción, como el resto de sus trabajos, es un título con un misterio bien trabajado que se va desenmarañando poco a poco para que la intriga nunca se pierda.

En esta ocasión me ha sorprendido un poco el planteamiento. Higgins Clark normalmente suele ponernos los puntos de vista de todos los personajes, incluído el asesino, para que sepamos cómo piensa cada uno. En este libro, sólo conocemos los punto de vista de dos personajes: la protagonista Carley, que nos narra la historia en primera persona, y el desequilibrado Ned Cooper, al que conocemos en tercera persona, y que ya sabemos desde un momento de qué es culpable.

En La Fuerza del Engaño no vale la pena intentar adivinar el asesino porque no es tan fácil; el escándalo Gen-Stone es una complicada conspiración perpetrada por varios individuos y sin que sirva de precedente, los que parecen inocentes son inocentes, y los que parecen culpables, son culpables, por lo que saber lo que piensa cada uno en este caso hubiera sido inútil, y es mucho más favorecedor que sea Carley la que interprete las acciones y gestos de cada uno.

Los capítulos narrados por Ned Cooper, he de decir, son escalofriantes.

De nuevo Higgins Clark nos presenta a una mujer joven, inteligente e independiente como protagonista, el tipo de mujer que supongo que muchas de sus lectoras querríamos o hubiéramos querido ser, y el mismo tipo de mujer que siempre protagoniza sus historias y que va resolviendo el puzzle.

En definitiva un libro que sigue en la línea de los demás, si se es fan de esta mujer, ni defrauda, ni sorprende, gusta como todos.

Nota: 7