domingo, junio 01, 2008

La Fuerza del Engaño

Hacía tiempo que no leía una novela nueva de una de mis autoras favoritas, Mary Higgins Clark, y eso que tengo varios libros suyos sin leer por casa. Así que como me apetecía volver a adentrarme en una de sus intrigantes historias me decidí por este, La Fuerza del Engaño.

Nicholas Spencer es el creador de la empresa Gen-Stone, una empresa de investigación médica que está desarrollando una prometedora vacuna contra el cáncer. Pero repentinamente muere en un accidente aéreo y todo se destapa: la vacuna es un fracaso, Spencer había robado dinero, y toda la gente que había invertido en la empresa se ha quedado sin un céntimo.

Carley de Carlo, una joven periodista y cuñada de Nicholas Spencer, es la encargada de escribir un artículo sobre Gen-Stone. Mientras Carley investiga, empieza a descubrir que nada es lo que parece en este aterrador caso: ¿realmente Nick Spencer murió por culpa de un accidente?

Leer a Higgins Clark es reconfortante. Su estilo me es familiar, y siempre sé lo que esperar de sus novelas, por lo que mis expectativas nunca son defraudadas. La Fuerza del Engaño no es una excepción, como el resto de sus trabajos, es un título con un misterio bien trabajado que se va desenmarañando poco a poco para que la intriga nunca se pierda.

En esta ocasión me ha sorprendido un poco el planteamiento. Higgins Clark normalmente suele ponernos los puntos de vista de todos los personajes, incluído el asesino, para que sepamos cómo piensa cada uno. En este libro, sólo conocemos los punto de vista de dos personajes: la protagonista Carley, que nos narra la historia en primera persona, y el desequilibrado Ned Cooper, al que conocemos en tercera persona, y que ya sabemos desde un momento de qué es culpable.

En La Fuerza del Engaño no vale la pena intentar adivinar el asesino porque no es tan fácil; el escándalo Gen-Stone es una complicada conspiración perpetrada por varios individuos y sin que sirva de precedente, los que parecen inocentes son inocentes, y los que parecen culpables, son culpables, por lo que saber lo que piensa cada uno en este caso hubiera sido inútil, y es mucho más favorecedor que sea Carley la que interprete las acciones y gestos de cada uno.

Los capítulos narrados por Ned Cooper, he de decir, son escalofriantes.

De nuevo Higgins Clark nos presenta a una mujer joven, inteligente e independiente como protagonista, el tipo de mujer que supongo que muchas de sus lectoras querríamos o hubiéramos querido ser, y el mismo tipo de mujer que siempre protagoniza sus historias y que va resolviendo el puzzle.

En definitiva un libro que sigue en la línea de los demás, si se es fan de esta mujer, ni defrauda, ni sorprende, gusta como todos.

Nota: 7

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