jueves, junio 27, 2024

Tastes like candy 2: Sugarless

Como todo buen slasher que se precie, el asesino vuelve a las andadas en una secuela en la que más víctimas están a punto de ser cazadas tal y como les sucedió a las desdichadas protagonistas de la primera parte. Pero ¿es posible ese regreso? 

Ivy Tholen nos trae una continuación de su Tastes like candy, un slasher muy entretenido en el que un asesino enmascarado perseguía a adolescentes en un parque de atracciones durante una búsqueda del tesoro y las mataba de formas creativas. En esta secuela la acción se sitúa cinco años después, y comienza con una chica llamada Dusty que está harta de su madre, una influencer de pacotilla que está obsesionada con sacarla en su Insta, y que acaba de descubrir que sus amigas tienen un chat privado que utilizan para ponerla verde. Y entonces empieza a recibir unos extraños mensajes de alguien que afirma estar de su parte...

La novela está dividida en dos partes, la primera de Dusty y la segunda de Violet, la protagonista de la primera parte. La primera parte está muy chula, ya que vemos cómo Dusty se va dejando influenciar poco a poco por la persona que le manda los mensajes. Los incidentes de cinco años atrás fueron completamente borrados de Internet y la versión oficial que se dio en su momento fue que las chicas murieron en un accidente de coche de camino a la búsqueda del tesoro, y unos de los puntos más interesantes que trata la novela es lo efímeras que son las polémicas en Internet, cómo parece que en un momento dado solo se habla de una cosa y luego a los pocos días cuando ya ha dejado de ser novedad se pasa a lo siguiente. Pero también, claro está, toca el tema de que lo que llega a Internet es imposible que desaparezca para siempre, así que estos sucesos, que por intereses económicos se borraron de la conciencia pública, terminarán por volver a hacer acto de presencia.

Seguir el punto de vista de Dusty es muy entretenido y lo encontré una manera muy buena de seguir con la trama pero dándole un giro para que no sea idéntica. Pero lamentablemente a mitad de novela la acción pasa a estar narrada por Violet y el ritmo cae en picado.

La verdad es que la segunda parte podría haber dado mucho más de sí, porque da cancha ver qué ha sido de ella estos cinco años y cómo todo se precipita para hacerla volver a ese sitio de pesadilla del que una vez escapó por los pelos. Pero la trama no está bien llevada, no genera apenas intriga, no para de morir gente y las reacciones de los personajes son básicamente apatía, como ya pasaba en la primera parte no se transmite el terror de lo que está pasando, hay una muerte en concreto que me sacó muchísimo de la lectura por la falta de reacción general, hay cosas que se quedan en el aire, la relación de Violet y Nico es muy cansina... Hay varias muertes chulas pero Tholen tira mucho por el uso de la tecnología y el ciberterrorismo y al final termina por hacerse también repetitivo. Y el final, bueno, no es algo atípico de sagas slasher, no me entusiasma cómo se cierra la novela pero es un final medianamente interesante y supongo que está hecho así para dejar la puerta abierta a más secuelas.

Es una lástima porque la primera novela, sin ser nada del otro mundo, estaba muy entretenida, pero esta llega un momento que no hay por dónde cogerla y los puntos débiles que ya se apreciaban en la primera se exacerban todavía más. Eso sí, sigo pensando que funcionaría muy bien como película.

Nota: 2/5

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