domingo, noviembre 21, 2021

Agatha Raisin y la quiche letal

Agatha Raisin es la protagonista de una serie de más de treinta novelas escritas por M.C. Beaton, probablemente una de las sagas más conocidas dentro del género llamado cozy mystery, es decir, historias de asesinatos que ocurren en una localidad pequeña, no muy violentas, resueltos por alguien totalmente amateur y normalmente con muchos toques de humor.

En La quiche letal, la primera entrega de la saga, conocemos a Agatha Raisin, una especie de señorita Marple moderna. Se trata de una exitosa publicista de cincuenta y pocos años que ha decidido vender su empresa, coger la jubilación anticipada, y cumplir su sueño de comprarse una casa en un encantador pueblo de los Costwolds, la campiña inglesa. El problema es que Agatha se aburre mortalmente en su nueva vida, así que para hacerse popular en el pueblo decide participar en el concurso de quiches comprando una en Londres y presentándola como suya. No solo no gana, sino que el juez de concurso muere envenenado después de llevarse la quiche en cuestión a casa y comérsela. Para probar su inocencia, Agatha tendrá que desvelar los secretos de los vecinos del pueblo y averiguar quién podría tener motivos para el crimen.

Desde luego este tipo de historias están pensadas para los fans de Agatha Christie que busquen algo similar con un toque más moderno (aunque esta saga empezó a publicarse a principios de los noventa, por lo que ya se hace algo antigua en algunos aspectos). El misterio en este caso es un aspecto más de la novela, ya que lo más importante es ver cómo Agatha se va adaptando a su nueva vida, pasando de ser una mujer cosmopolita y siempre ocupada trabajando a no tener prácticamente nada que hacer.

Raisin como protagonista es muy graciosa. Me gustó el hecho de que sea tan maleducada, directa e impaciente, sus salidas son buenísimas, aunque en el fondo ya se ve que es buena gente y que poco a poco se irá haciendo un hueco en su nuevo hogar. Los personajes secundarios también están muy bien, especialmente Roy y el inspector Wong.

El misterio no es muy elaborado ni tampoco tiene una resolución muy rocambolesca, pero es lo suficientemente entretenido como para enganchar al lector. De hecho la novela entra sola, antes de que te des cuenta ya te la has ventilado toda, es cortita, divertida y ligera e ideal para leer con la mantita mientras sueñas con estar en un bonito pueblo de la campiña frente a una chimenea crepitante sin ninguna responsabilidad ni preocupación que perturbe tu paz.

Nota 3/5

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