ESPECTACULAR E IMPRESIONANTE.Aunque cada vez se va acercando más el final de la saga, ésta no va perdiendo ritmo sino todo lo contrario, todo sigue intensísimo.
Kiyomaro, Zatch y sus amigos se dirigen hacia donde se encuentra la piedra lunar dispuestos a destruírla y acabar así con el control que ejerce Sofis sobre humanos y mamodos. Pero aunque parecía que lo peor ya había pasado no es así, porque todavía queda el peor obstáculo de todos. Un mamodo monstruoso encargado de proteger a la piedra lunar y que parece imposible de vencer.
El tomo empieza muy bien con Laila y su miedo que se resuelve de forma maravillosa para pasar después a una de las peleas más emocionantes de todo el manga, cotra el temible mamodo Demort, que si no es el más poderoso de los que han salido hasta ahora, poco le falta.
Todos los mamodos aliados deben dar el máximo de sí, Kiyomaro debe pensar una estrategia pero nada parece funcionar contra un mamodo al que apenas le afectan los ataques.
Ya lo he comentado más de una vez y es que Raiku es un genio a la hora de crear combates porque todos son muy diferentes entre sí y muy muy imaginativos. Este no es una excepción, me ha mantenido en vilo hasta el final del tomo y es que las estrategias que se le van ocurriendo a Raiku durante los combates son espectaculares.
Lo más impresionante de este tomo pero, son sobre todo los dos últimos capítulos que me han matado. Después de un pequeño giro que no me esperaba, lo que han hecho ciertos dos personajes ha sido impresionante de verdad. Y es que en este manga todos acaban teniendo su momento de gloria y dejando su huella, pobrecitos.
Jugaremos juntos en el mundo de los demonios. Me gustaría que pudiéramos jugar todos como buenos amigos... Cogidos de la mano.
Una vez más, Raiku me ha tocado mi fibra más sensible.
Por cierto me encanta la portada, es preciosa.
