sábado, febrero 03, 2024

Baal

Además de los clásicos del género del terror del siglo XIX, uno de mis propósitos lectores es el de leer más novelas de los setenta y ochenta del siglo XX (mis décadas preferidas del cine de terror) más allá de Stephen King. Este año empiezo con uno de los grandes del género, Robert McCammon, con la que es su obra debut: Baal, publicada en 1978.

Por aquella época se habían puesto de moda las historias sobre el demonio y el Anticristo, todos conocemos El Exorcista, La Semilla del Diablo, La Profecía, así que las influencias de McCammon están bastante claras.

Baal es una divinidad antigua de varios pueblos, considerado un dios del fuego purificante. En esta historia, Baal es un demonio desterrado que se reencarna en nuestro mundo y busca alcanzar el poder a través de la adoración del pueblo, pero de tal manera que desequilibra la balanza del bien y del mal que mantiene el equilibrio del planeta y deber ser detenido. Es una historia de bien versus el mal, el ying contra el yang, en la que para que exista el bien ha de existir también el mal y en la que un profesor de teología, James Virga, se ve envuelto en esta increíble conspiración que amenaza con destruir la sociedad tal y como la conocemos.

La novela está dividida en tres partes. La primera es cómo Baal llega de nuevo a este mundo, reencarnado en un bebé maligno (de ahí las influencias de las novelas y películas mencionadas) que termina en un orfanato donde empieza a amasar su poder y a sus primeros seguidores. Es la mejor parte, el Baal niño al que los profesores temen que se va volviendo cada vez más siniestro hasta ese final culminante en el que da comienzo su leyenda una vez más. Es la parte más de terror clásico si estamos familiarizados con este tipo de subgénero.

En la segunda parte, años después, un profesor universitario que está escribiendo un libro sobre sectas religiosas viaja hasta Kuwait porque ha oído que está surgiendo un nuevo profeta que tiene cada vez más seguidores. Cuando el profesor desaparece, su colega y superior en la universidad va a buscarlo y allí encuentra a un hombre llamado Michael, que está buscando a Baal con intenciones que quiere revelar todavía. Esta parte podría haber sido más interesante si hubiera ahondado más en la parte de las sectas, cómo se forman y tal,  más teniendo en cuenta que Baal apenas aparece, pero la forma en la que está contada a mí se me hizo muy pesada; las llegadas de ambos profesores a Kuwait son calcadas, ambos describen prácticamente las mismas cosas, y el interés decae sobremanera.

Y en la tercera parte el profesor Virga y Michael viajan hasta Groenlandia donde se está escondiendo Baal y tiene lugar el enfrentamiento final. Esta parte es ligeramente mejor que la segunda, porque me gustan las historias de terror que tienen lugar en sitios remotos, pero el final en sí es bastante meh.

Para ser la primera novela de McCammon (la publicó con 26 añitos) no se puede negar que está bien escrita, y también hay buenas ideas para una historia clásica de terror, el problema es que no tiene mucha chicha y pasada la primera parte se vuelve sosa y olvidable. Además es una novela muy de su época en otros aspectos, como el trato al personaje negro que aparece al principio, o que las pocas mujeres que hay solo estén para ser agredidas sexualmente o para servir de drama al personaje masculino de turno (y también hay crueldad animal, para los que eviten las novelas de terror que lo contengan). Desde luego a no ser que seáis como yo y os guste empezar por el principio con algún autor que os interese, no me parece una novela recomendable para comenzar a leer a McCammon, él mismó la sacó de circulación durante un tiempo porque no estaba muy orgulloso de ella. Pero sí que me ha dejado con ganas de ver qué más puede ofrecer a medida que vaya creciendo como autor, me consta que tiene otras novelas que son muy queridas dentro del género así que seguiremos informando.

Nota: 2'5/5

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