El libro no tiene una mala premisa, y trata algunos temas interesantes como es la difícil infancia que tiene Nathan por todo el abuso que sufre, pero la verdad es que en general lo encontré bastante soso. Está narrado, por supuesto, en primera persona del presente (salvo algunas partes que están en segunda persona), y especialmente ese tipo de primera persona tan cansina del estilo de: "Doy vueltas por la habitación. Lo observo todo. Me siento a la mesa. Remuevo el café. Le doy un sorbo. Le doy otro sorbo. Vuelvo a dar vueltas por la habitación". Todo muy cliché y el estilo muy básico. Los personajes tampoco son nada del otro mundo, el único que me gustó fue Gabriel. La magia y el mundo en general también son muy básicos, no conseguí meterme en situación en ningún momento.
Recuerdo que en su momento el libro se volvió famoso por la posibilidad de un romance entre dos personajes masculinos pero el interés que tenía se esfumó bastante rápido en cuanto uno le pega una paliza al otro, la verdad.
Y la traducción tampoco ayuda nada. Es extremadamente literal, no tiene identidad ninguna, es muy mecánica. De hecho iba a leerme los tres libros del tirón pero empecé a leerme el segundo y fui incapaz de seguir. No descarto en un futuro volver a darle una vuelta a este en inglés a ver si así me entra mejor.
Nota: 2/5
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