lunes, marzo 30, 2020

The Goldfinch

Donna Tartt no es una escritora muy prolífica (debutó en 1992 con The Secret History y desde entonces solo ha publicado dos novelas más), pero en su caso se puede aplicar lo de calidad antes que cantidad. Con The Goldfinch, su tercera novela y probablemente su magnus opus, para muchos críticos Tartt se puso al nivel de los grandes clásicos de la historia de la literatura, y se la ha llegado a denominar como una Dickens moderna. Se llevó el premio Pulitzer en 2014, entre otras distinciones.

The Goldfinch es una novela compleja, en la que Tartt explora diferentes temas, pero en esencia es una coming of age en la que Theo, su protagonista, un chico de trece años, debe aprender a vivir tras un atentado terrorista en un museo que termina con la vida de su madre, a la que estaba muy unido. Durante el atentado Theo se lleva el cuadro de Carel Fabritius que da nombre a la novela, y esa acción le perseguirá durante mucho, mucho tiempo.

La novela es inmensa, en todos sus sentidos. Me costó casi dos meses terminarla, pero no porque no me gustara, sino todo lo contrario; leyendo un poquito cada día, por la noche, siguiendo a Theo desde la terrible tragedia a sus treces años hasta la edad adulta, en esa habitación de hotel de Ámsterdam en la que todo ese dolor y sufrimiento se encamina hacia su culmen. Es una novela sencillamente extraordinaria, escrita con una pluma magistral y que ahonda en la psique de su protagonista de una forma tan vívida y real que casi cuesta creer que sea un personaje de ficción. Theo es un chico totalmente roto, que sin una supervisión adulta adecuada y sin la ayuda que necesita, convive con su dolor como puede, y eso le lleva a su temprana adicción a las drogas, su relación disfuncional con su padre ausente, su amistad con el impredecible Boris, y, eventualmente, sus escarceos con la ilegalidad.

La novela se divide en varias partes, y como suele pasar en los coming of age, las mejores son las que suceden cuando Theo todavía es un niño. La descripción de Tartt de cómo vive Theo el atentado en el museo es brillante, así como la parte en la que Theo vive con los Barbour y posteriormente cuando se marcha a Las Vegas y conoce a Boris, que pese a lo decadente y deprimente que es creo que es mi parte favorita porque la amistad entre esos dos es digna de leer. Luego cuando es adulto el tono es más diferente pero eso no quiere decir que baje el nivel porque en todo momento van pasando cosas y todo el desenlace y resolución del gran conflicto me pareció maravillosa.

No es una novela especialmente accesible, y si uno se para a leer las críticas, hay tanta gente que la considera una obra maestra como gente que la considera aburridísima. Desde luego The Goldfinch es sumamente detallada, y hay mucha más introspección que acción, lo cual puede resultar repetitivo. El lenguaje que utiliza Tartt no es precisamente sencillo tampoco (yo me la leí en inglés y admito que fue todo un reto). Mirando las reseñas leí que esta novela suele gustar más a los introvertidos que a los extrovertidos, tal vez sea así.

The Goldfinch es una novela acerca del duelo, de la depresión, de la adicción, de hacerse adulto en un mundo que te puede dar la espalda en cualquier momento, de lo difícil que es a veces superar las adversidades que nos encontramos en el camino, también es una carta de amor al arte. Impecable, absolutamente única en su especie, y tan estelar que después de leerla casi todo lo demás palidece en comparación. Para mí, una obra de arte; de las que dejan un vació difícil de llenar.

Nota: 5/5

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