Publicado en 1987, Tommyknockers es una novela en la que Stephen King tira más hacia la ciencia ficción que hacia el terror, aunque también podemos encontrar algunos de los toques del género tan característicos del escritor.
La historia da comienzo cuando Bobbi Anderson, una escritora de novelas de aventuras que vive en una granja junto a su perro Peter en el pueblo de Haven, en Nueva Inglaterra, se tropieza con un extraño saliente metálico en medio del bosque. Fascinada por el descubrimiento, Bobbi comienza a excavar y a excavar pero el objeto enterrado parece ser inmenso... y, aunque parezca imposible, la mujer sabe que se trata de una nave espacial.
Poe otra parte James Gardener, poeta, mejor amigo de Bobbi y también su amante ocasional, ha tocado fondo. Su alcoholismo está peor que nunca, ha perdido el empleo y ya no tiene nada por lo que vivir. Pero de algún modo siente que Bobbi está en peligro y decide ir a Haven a verla. Lo que se encuentra allí parece sacado de sus peores pesadillas.
Stephen King escribió esta novela cuando él mismo estaba sufriendo en sus propias carnes lo peor de sus propias adicciones, por lo que el protagonista, Gard, tiene mucho de él mismo. El propio escritor admite que no está nada orgulloso de esta historia, que la escribió en un mal momento y que no vale nada.
Desde luego podemos decir que Tommyknockers, que coge su nombre de una serie de rimas infantiles, es un libro más bien flojo. Trata algunas ideas interesantes pero se ve perjudicado por una primera parte excesivamente lenta y por su exagerada duración: el libro tiene casi novecientas páginas y realmente no eran necesarias tantas para contar la historia. En algunos puntos se pierde incorporando personajes y más personajes que a la hora de la verdad aportan más bien poco y peca de ser muy redundante. Es un libro que hay que tomárselo con paciencia porque no se lee precisamente de un tirón; lo mejor es ir dosificándoselo porque si no puede llegar a ser un tostón.
Pero no es una mala novela de fondo. Mientras que la primera parte es lenta y aburridilla, en cuanto llega la segunda parte todo mejora. En ésta segunda parte, cuando ya hemos pasado todo el tramo del descubrimiento de Bobbi y el pesado tramo de Gard y su obsesión con la energía nuclear, llegamos a la parte en la que vemos cómo empieza a afectar la nave a los diferentes residentes de Haven y las barbaridades que cada uno de ellos puede llegar a hacer. Este proceso de conversión, en el que los habitantes del platillo asimilan a todo el pueblo, es fascinante, y tiene algunos capítulos realmente brillantes y acongojantes como el del pequeño Hilly Brown y su hermanito David, trama que te mantiene en vilo hasta el final de la novela.
ABC adaptó el libro en forma de mini-serie en 1993
La tercera parte, por suerte, es bastante ágil y especialmente hacia el final, cuando Gard pone en ejecución su plan, consigue enganchar sobremanera hasta llegar a una resolución muy satisfactoria.
La novela aporta toques clásicos de la ciencia ficción como son la llegada de una invasión extraterrestre a la Tierra y la asimilación de los humanos por parte de estos. En este libro, los humanos de repente empiezan a tener ideas brillantes, fabrican objetos extraordinarios (y altamente peligrosos) y desarrollan una inteligencia fuera de lo común. También son capaces de comunicarse telepáticamente. Pero aunque pueda parecer una bendición no lo es en absoluto, ya que no es el único cambio que se produce en ellos: se les caen los dientes, sus cuerpos se transforman, sólo pueden respirar la atmósfera que se ha instalado en Haven (y que es áltamente tóxica para los que viven fuera) y en última instancia pierden todo lo que les hizo humanos alguna vez. Los extraterrestres en este caso son especialmente terroríficos porque no los ves venir; antes de que te hayas dado cuenta ya están dentro de ti, convirtiéndote, como han hecho infinidad de veces en otros planetas.
Como suele pasar en este tipo de historias, siempre tenemos a los héroes que de alguna manera consiguen resistir el empaque y se enfrentan al peligro de forma tan valiente como estúpidamente temeraria. Tenemos al propio Gard, a Ev Hillman, el abuelito de Hilly y David Brown que quiere hacer todo lo posible por ayudar a sus nietos, a Ruth McCausland, a la que todo Haven quería y que no está dispuesta a convertirse en uno de ellos, al periodista John Leandro que sospecha que algo raro está pasando y quiere ser el primero en informar de ello...
Además de eso la novela también desarrolla otros temas de forma más subtextuada como son la espiral en la que uno entra cuando es adicto a alguna sustancia, las consecuencias de la radiación y la energía nuclear, la irresponsabilidad y temeridad de las personas normales que de repente obtienen un poder con el que ni soñaban hasta entonces y los peligros del borreguismo o la mentalidad de grupo, cuando todos siguen un mismo pensamiento único.
Tommyknockers es, en esencia, el viaje personal de un alcohólico que cree que ya no tiene ningún motivo para vivir y que acaba por darse cuenta de lo mucho que ha malgastado su vida bebiendo cuando la podía haber utilizado para hacer algo grande, algo glorioso, algo como lo que es capaz de hacer cuando piensa que ya no le quedan fuerzas. ¿Sería la forma de King de enfrentarse a los demonios de dentro de su cuerpo, de deshacerse de ellos antes de que le convirtieran del todo? Es posible.
Tommyknockers no es una novela especialmente recomendable a no ser que se sea un fanático de King y ni aún así, es una de sus obras menores y hay que tomársela con mucha calma, pero se puede llegar a disfrutar especialmente si se supera la lenta primera parte.
Nota: 6
Tommyknockers no es una novela especialmente recomendable a no ser que se sea un fanático de King y ni aún así, es una de sus obras menores y hay que tomársela con mucha calma, pero se puede llegar a disfrutar especialmente si se supera la lenta primera parte.
Nota: 6
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