sábado, marzo 30, 2024

I'm glad my mom died

Jennette McCurdy es conocida por su papel de Sam en la serie infantil iCarly. Cuando tenía seis años, su madre se empeñó en que tenía que ser actriz y la empezó a llevar a audiciones, convencida de que su hija sería una estrella y cumpliría su propio sueño frustrado. Desesperada por complacer a su madre, Jennette se metió de cabeza en el sórdido engranaje de Hollywood y jamás tuvo una infancia o adolescencia normal.

En esta autobiografía que ya llama la atención poderosamente con ese título tan llamativo, McCurdy relata cómo fue el camino para convertirse en estrella infantil de la televisión, su complicada relación con su madre (le llevó años aceptar el abuso a la que esta la sometió) y todas las consecuencias que acarreó el llevar esa vida en la que la apariencia lo es todo, entre ellas varios trastornos graves de la alimentación que le costó mucho superar.

McCurdy lo cuenta todo sin tapujos, con un sentido del humor muy cínico, y nos lleva de la mano por esa vida de audición tras audición, de clases de actuación y baile, de contar calorías para retrasar la pubertad lo máximo posible, de vomitar toda la comida para no subir de peso, de manipulación por parte de una madre que dependía de una niña para sostener la economía familiar y que insistía en que Jennette estaba hecha para el estrellato pese a que Jennette odiaba actuar y lo único que quería era una vida normal, a lo que se sumó la enfermedad y posterior muerte de su madre.

Es una lectura sumamente dura por la forma en la que está contada, ya que vemos cómo la Jennette niña no entiende que lo que hace su madre está mal, confía plenamente en ella y cree a pies juntillas que todo lo que hace, y todo lo que le obliga a hacer, es por su bien. McCurdy describe sin pelos en la lengua cómo fue vivir con anorexia y después con bulimia, y cómo la terapia para superar dichos trastornos fue larga y tortuosa. También nos explica cómo funciona la maquinaria de Hollywood y también nos deja algunas píldoras de toda la podredumbre que se escondía en el canal Nickelodeon, algo que ahora está en boca de todo el mundo por un documental en el que se están destapando múltiples abusos a los que los actores infantiles fueron sometidos por los adultos a cargo.

McCurdy se hace valer de su sentido del humor para contar las cosas imprimiéndole el tono de gravedad necesario para no banalizar nada de lo que cuenta ni caer en la victimización ni un rencor excesivo. Y aunque, repito, es una lectura que se hace dura por todas las barbaridades por las que ha pasado esta pobre chica, también te deja un sentimiento esperanzador al ver lo mucho que ha luchado Jennette para salir adelante, para estar en un lugar en el que por fin se siente a gusto consigo misma y en paz, y por ser capaz de escribir este libro en el que vuelca toda su experiencia y que ojalá ayude a otras personas a no repetir los mismos errores con sus hijos.

De todos es bien sabido que muchos actores y actrices infantiles acaban traumados de por vida y este libro, escrito de primera mano por alguien que ha pasado por ese infierno, es una prueba más de que a los niños hay que permitirles tener una infancia normal. Lectura 100% recomendada.

Nota: 4/5

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