Leí mi primer Harlan Coben hace años y en su momento me gustó sin más, está claro que apenas recuerdo nada porque revisando ahora la reseña estoy viendo que también sale Loren. A Coben le gusta mucho escribir misterios que tienen que ver con pasados que parecían haber quedado atrás pero que vuelven para atormentar a los protagonistas cuando estos ya empiezan a relajarse, y aquí no es una excepción.
Tenemos varios misterios que no parecen tener conexión pero que todos están relacionados de alguna forma: ¿quién le está enviando esos mensajes a Matt? ¿La muerte de la monja fue natural, o alguien la asesinó? ¿Qué tiene que ver un detective retirado de otro estado que ha sido hallado muerto en su coche, con los pantalones bajados? ¿Y por qué Olivia, la mujer de Matt, le está mintiendo?
Coben entreteje este misterio de forma correcta, mostrando poco a poco la relación que existe entre todas las piezas de un puzzle que va encajando cuanta más información se revela. Todo ello aderezado con algunas escenas de acción.
Me he quedado con sensaciones parecidas a las de la otra vez que leí al autor. Es un thriller entretenido que se lee bien y con un misterio lo suficientemente interesante como para querer saber la resolución pero sin nada especialmente memorable en sus páginas; algunos giros están bien y otros son muy evidentes Los personajes no son nada del otro mundo y el autor escribe un poco regulinchi a las mujeres, sobre todo cada vez que hacía aparición Cingle. Además todo el tema de la tecnología con los móviles con cámara y todo eso ya está superanticuado. Es más o menos de la época de la peli aquella de Chris Evans que era un anuncio encubierto de Nokia.
Lo mejor, para mí, el capítulo inicial narrado en segunda persona.
Hace no mucho Netflix estrenó una adaptación con Mario Casas de protagonista, así que a ver cómo se traslada la historia a la pantalla.
Nota: 3/5
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