domingo, febrero 18, 2018

Harriet

Es 1875 y Harriet Woodhouse, una dama soltera de 32 años con una fortuna nada despreciable, vuelve de una visita a unos parientes pobres anunciando con entusiasmo su compromiso con el joven Lewis Oman, un corredor de subastas atractivo y encantador. La madre de Harriet, alarmada, trata de disuadir a su hija haciéndole ver que es un cazafortunas que quiere aprovecharse de ella, y cuando Harriet no da su brazo a torcer, trata de acudir a la ley para declarar a su hija incapacitada, ya que Harriet es discapacitada mental. Lamentablemente no tiene éxito y Harriet y Lewis contraen matrimonio; ese será el principio de una pesadilla para la pobre Harriet, que no tiene ni idea de dónde se ha metido.

Elizabeth Jenkins, una apasionada de la conducta criminal, relata el caso conocido como El Misterio de Penge o el asesinato de Harriet Staunton, que conmocionó a la sociedad británica en 1877 por la crueldad y perversidad a la que la víctima fue sometida y que le condujo a la muerte. Cambiando únicamente los apellidos de los implicados, Jenkins ofrece un sensacional análisis sobre cómo la codicia puede llevar al ser humano a cometer atrocidades que parecen totalmente impensables de una forma casi inconsciente, adentrándose en la psique de Lewis, Patrick, Elizabeth y Alice de una forma escalofriante.

Lo que parece una novela de Jane Austen bajo un enfoque más realista y turbio va escalando gradualmente hasta convertirse en un terrorífico relato que nos muestra, una vez más, que personas en apariencia normales, vecinos que uno diría que son agradables y trabajadores, pueden ser monstruos en su intimidad sin que nadie sospeche lo más mínimo.

Hacía tiempo que no me encontraba personajes tan despreciables, y más sabiendo que cometieron todas esas vilezas realmente, pero la manera en la que Jenkins interpreta cómo se debieron sentir, la clase de pensamientos y deseos que pasaban por su mente, es magnífica. Es increíble que ellos pensaran que lo que hacían era totalmente lícito y justo, que no había nada malo en manipular, engañar y maltratar a una pobre mujer discapacitada, ver cómo se dejaban llevar por su narcisismo y egoísmo, disfrutando de sus vidas mundanas y los placeres de la comida o el contacto físico en el piso de abajo mientras la pobre Harriet y su bebé se consumían en el diminuto cuarto en el que la habían desterrado solo porque les estorbaba cuando eran ellos los que la habían metido en sus vidas para quedarse con su dinero. Que gente tan malvada exista de verdad nunca dejará de ponerme el vello de punta.

Harriet, aunque desazonadora, es una lectura fascinante que gustará sobre todo a aquellos que tengan interés en leer sobre crímenes reales porque Jenkins hace un trabajo formidable imaginado y reinterpretando los acontecimientos que llevaron al triste final de Harriet.

Nota: 4/5

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