Albert Espinosa es un hombre de muchos talentos. Es guionista, actor, director, productor, escribe obras de teatro, columnas en el periódico, es conocido sobre todo por ser el creador de la serie Polseres Vermelles, que se basó en su propia experiencia ya que a los catorce años le fue diagnosticado un cáncer que le tuvo diez años en un hospital y le provocó varias secuelas físicas importantes. Cuando ves a Espinosa en entrevistas es un hombre realmente simpático, divertido, que ha sabido no solo sobreponerse de su durísima experiencia vital sino que irradia su amor por la vida en cada sonrisa y en cada palabra.
Y también escribe libros que además venden un montón.
Si tú me dices ven lo dejo todo... pero dime ven cuenta la historia de Dani, un hombre que trabaja buscando niños desaparecidos. El mismo día que rompe con su novia recibe la llamada de un hombre desesperado por el secuestro de su hijo pequeño, rogándole que le ayude. Dani acepta el trabajo y viaja hasta Capri, una isla que le trae muchos recuerdos de su infancia. Este viaje le servirá para rememorar los pasos que le han llevado hasta ese momento y las personas que le influenciaron profundamente cuando era pequeño y le hicieron ser el hombre que ahora es.
Tenía este libro por casa (creo que se lo regalaron a mi madre en algún cumpleaños), y como la sinopsis parecía interesante decidí darle una oportunidad. Y bueno, lo mejor que se puede decir de este libro es que se lee muy rápido. Son apenas doscientas páginas, con capítulos extremadamente cortos y un tamaño de letra grande, así que realmente en nada te lo ventilas, y eso es bueno porque la historia no engancha demasiado. De hecho me está costando horrores enfocar la reseña de un libro que no me ha aportado nada en absoluto, pese a que la idea y su propósitos no son malos. La ejecución, sin embargo...
La historia está contada desde el punto de vista de Dani y se desarrolla en pocas horas, desde que rompe con su novia hasta que encuentra al niño secuestrado (pero que quede claro que el libro no va de eso, porque esta trama no dura ni diez páginas y se resuelve en unos pocos párrafos). Durante esas horas, Dani va rememorando varios momentos clave de su vida que explican cómo ha llegado hasta ahí, con una narración que no es lineal ya que va saltando de un sitio a otro y creo que no termina de funcionar porque no te da tiempo en ningún momento de interesarte realmente por lo que te está contando.
Uno de los puntos de los que trata este libro es de la importancia de la gente con la que nos vamos encontrando en la vida, cómo en momentos determinados nos topamos con la persona precisa que nos marcará y nos cambiará la forma de ver las cosas y enfocar el mundo. Dani encontró a dos personas así cuando era niño, el señor Martín, al que conoció en el hospital a los diez años, y George, al que conoció en un barco rumbo a Capri (y yikes un señor mayor que se encuentra a un niño de trece años que se ha fugado y se lo lleva a su casa y le ofrece quedarse allí varios días). Una de las cosas que menos me gustó fue que por un lado la narración trata de ser realista en el sentido de que nuestros pensamientos a menudo son así, saltan de un lado a otro y no siguen una línea recta, por eso Dani va contando fragmentos de una historia para saltar a otra y volver a esa unos capítulos más tarde, pero luego, por el otro, los diálogos entre los personajes no tienen naturalidad ninguna, todos son demasiado profundos y filosóficos, para que quede clara la moralina, y no sé, creo que hubiera ganado si hubiera sido algo más sutil.
El otro punto que toca es el de la naturaleza de Dani, no voy a ahondar mucho porque supongo que ese descubrimiento es una de las sorpresas de la historia, pero que viene a decirte lo difícil que es ser diferente a los demás, lo mucho que tenemos que sacrificar a menudo para tratar de ser lo que la sociedad espera de nosotros y ser igual al resto, y la fuerza que se necesita para aceptarse a uno mismo.
Y ya. Es un libro que trata de hacernos reflexionar pero que no acaba de conseguir lo que se propone. Y el mayor problema es cómo está escrito. No es que Espinosa escriba mal, hay algunos pasajes que están verdaderamente bien, pero cuando cada maldita frase termina en puntos suspensivos, acaba
por ser tan irritante que lo que te está intentado vender te da completamente igual.
No voy a decir que odiara la lectura de este libro, de hecho me gustó el final porque lo cierra todo de una manera muy correcta, pero en su mayor parte, me dejó totalmente indiferente y creo que eso es lo peor que se puede decir de un libro. Simplemente, Si tú me dices ven lo dejo todo... pero dime ven no es para mí.
Nota: 4
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