martes, enero 10, 2017

El Hogar de Miss Peregrine para Niños Peculiares

El Hogar de Miss Peregrine para Niños Peculiares es el primer libro de una trilogía escrita por Ransom Riggs, que ha tenido mucho éxito y que el año pasado estuvo en boca de todos tras el estreno de la adaptación a película dirigida por Tim Burton con Eva Green en el papel de Miss Peregrine.

El protagonista de la historia es Jake, un adolescente que siempre ha estado muy unido a su abuelo. Cuando era pequeño, este le contaba increíbles historias sobre un orfanato en el que vivió en el que convivía junto a un puñado de niños de lo más pecularies: niños que podían levantar rocas con una sola mano, niños invisibles, niñas que volaban o que podían generar fuego con sus manos. Ese lugar, le contaba, era un refugio que les protegía de malvados monstruos que andaban tras el acecho de estos niños tan especiales. Cuando se fue haciendo mayor, por eso, Jake se dio cuenta de que las historias de su abuelo no eran más que invenciones; incluso las fotos que probaban que lo que decía eran verdad estaban probablemente trucadas.

Hasta que un día su abuelo muere en misteriosas circunstancias; la policía lo achaca al ataque de un animal salvaje, pero Jake está convencido de que vio a un monstruo matar a su abuelo. Cuando las últimas palabras de este le animan a que descubra toda la verdad, Jake hará un viaje hasta la isla donde se encuentra el orfanato del que le habló su abuelo para atestiguar de una vez por todas si esas historias eran ciertas o no.

En cuanto empecé a leer este libro me di cuenta enseguida de por qué Tim Burton lo había escogido para llevar a la gran pantalla, porque me recordó mucho a otra de sus adaptaciones, Big Fish. Como en aquella, tenemos a un chico que de pequeño estaba fascinado por las historias que le contaba un familiar, en este caso su abuelo en vez de su padre, y que pensaba que este era el hombre más molón del mundo entero que llevaba una vida de ensueño, llena de viaje, y aventura y peligros. Pero al hacerse mayor, uno se da cuenta de que todas esas historias fantásticas no pueden ser verdad; puede que tengan un punto de ciertas, pero está claro que hay mucha exageración y adorno en ellas.

Realmente eso es lo que más me gustó de este libro, la incertidumbre sobre si había algo de verdad en esos relatos tan fantásticos o realmente su abuelo se lo inventó todo para superar el trauma de haber perdido a su familia durante el holocausto, sumado a la experiencia luchando contra los nazis en la guerra. El componente psicológico es muy interesante, como es la diferencia entre la relación del abuelo de Jake con su padre y su nieto, el saber que no tristemente no le conocían en absoluto o los problemas de Jake en distinguir su propia realidad después de la muerte de su abuelo. La verdad es que una vez se descubre que, como es obvio, todo era verdad y esos niños tan peculiares realmente existen, el libro pierde bastante la gracia.

Jacob y Emma

Hacia la mitad del libro la cosa empieza a decaer, y toda la parte de Jake encontrando su hueco entre los niños peculiares, comprendiéndose por fin a sí mismo, descubriendo la amenaza de esos monstruos que realmente van detrás de ellos y su romance con Emma no es nada especial y es excesivamente juvenil para mi gusto, algo que en la primera mitad no era tan palpable. El plot twist tampoco es gran cosa, así como el enfrentamiento final, y básicamente te das cuenta de que al ser el primero de una trilogía este libro es bastante introductorio, así que no me dejó del todo satisfecha.

Y en serio... ¿Ni una llamada a su madre? Dude...

Pero se agradece que el libro tenga un punto oscuro y las fotos que acompañan al relato son geniales de lo inquietantes que llegan a ser, más que las descripciones en sí. ¡Si fuera una cría leyendo esto seguro que esas fotos me daban pesadillas!

Así que El Hogar de Miss Peregrine para Niños Peculiares es un libro entretenido y creo que es muy buena opción para el público más joven que busque una aventura de chicos especiales e incomprendidos que de repente encuentran su lugar en el mundo más allá de Harry Potter, pero para un adulto se queda un poquito corto.

Nota: 6'5 


sábado, enero 07, 2017

Descansa en Paz

Déjame Entrar es una pasada. En su primera novela John Ajvide Lindqvist logró darle una vuelta de tuerca al manido género vampírico y demostró el talento que tienen los escritores nórdicos para crear historias que te atrapan en su lograda ambientación, haciéndote sentir en tus huesos el miedo, la anticipación y, sobre todo, ese frío que te envuelve y no te suelta.

De modo que tenía muchas ganas de comprobar si el autor sería capaz de hacer lo mismo con el género zombi, así que cogí Descansa en Paz, su segundo libro, con mucha ilusión... y me llevé el chasco porque se queda muy, muy lejos de Déjame Entrar.

Es 13 de agosto en Estocolmo, hace un calor realmente inusual y algo extraño está pasando: la gente no puede apagar ni las luces ni ningún aparto eléctrico. Cuando por fin pasa este extraño fenómeno y todo parece volver a la normalidad, sucede algo todavía más terrible: los muertos se han levantado y quieren volver a casa.

El libro sigue a tres familias afectadas por este fenómeno. Tenemos a David, un humorista, que acaba de perder a su esposa Eva, una de las fallecidas más recientes en despertar, y que no sabe cómo explicárselo a su hijo pequeño, Magnus. Luego tenemos a Elvie, una anciana, y su nieta Flora, una adolescente aficionada al Resident Evil, que siempre han padecido una intensa sensibilidad extrasensorial que se ve magnificada después de dichos sucesos. Tras recibir la visita de su marido muerto, Elvie, una cristiana devota, cree que ha llegado el fin del mundo que vaticina la biblia y quiere hacer algo antes de que sea demasiado tarde. Flora, que rechaza todas esas creencias, solo desea que todo cambie para siempre. Y finalmente tenemos a Mahler, un periodista, y su hija Anna, destrozados tras la muerte del pequeño Elias, el hijo de esta. Haciendo caso omiso de las medidas del gobierno, Mahler desentierra a Elias, o lo que queda de él, y deciden esconderlo.

Además de la narración desde este grupo de personas, también se van intercalando recortes de prensa, fragmentos de programas de televisión y radio y comunicados oficiales en los que atisbamos cómo reacciona Estocolmo después de un suceso de tal magnitud.

El libro empieza genial, las cosas como son. Cuando empiezan a despertar los muertos es muy intrigante y te deja con ganas de saber cómo reaccionarán sus seres queridos, qué consecuencias acarreará para la sociedad y qué medidas tomará el Gobierno para controlarlo. Por ejemplo las partes con el pequeño Elias son espeluznantes, cuando su abuelo va a buscarlo, sin atreverse del todo a tener esperanza de que haya despertado y empieza a oír los arañazos en el ataúd, hasta que por fin lo saca y se encuentra algo que no se parece en nada al nieto que él recordaba. En algunos puntos recuerda a Cementerio de Animales de Stephen King.

Pero, lamentablemente, después de un inicio tan prometedor el libro se desinfla como un globo. Y el mayor problema que tiene es que no acaba de estar claro qué pretendía hacer el autor: si escribir una novela de terror, si escribir un drama sobre cómo te golpea la muerte de un ser querido y lo difícil que es de aceptar, o un estudio sobre cómo reaccionaría la sociedad de una ciudad como Estocolmo si de repente se levantaran sus muertos. Puede que quisiera mezclar las tres cosas, pero al hacerlo ninguna de las tres termina por despegar y por eso el libro pierde fuelle.

Tampoco ayuda que las tres historias no sean igual de interesantes. La mejor es la de Mahler y su hija y nieto, pero hacia el final Mahler pierde toda la utilidad y la historia pierde todo el interés que tenía. La de David y su mujer es correcta, y tiene el momento del conejo que es impactante, y la de Elvie y Flora es bastante insulsa, además tiene toda la parte de Peter que realmente no tiene ningún propósito dentro de la trama global y no aporta nada de nada. 

En general el libro no está bien resuelto, la historia de Flora y Elvie tiene un final muy abrupto y las otras dos tiran por lo fácil, así que cuando te lo terminas te deja la sensación de que el libro se quedó a medias y que el autor no sabía bien cómo cerrarlo. Y como libro de zombis tampoco es especialmente reseñable porque los muertos vivientes no hacen casi nada, así que salvo un par de escenas no podría decirse que estemos ante un libro de terror. Y no sé si seré la única, pero el hecho de que estuviera ambientado en agosto y en plena ola de calor le quita mucho encanto a situar la historia en Suecia, la verdad.

Realmente decepcionante.

Nota: 5'5